El tribunal, presidido por el juez Juan Ramos Padilla, dictó sentencia contra José Alperovich, exgobernador de la provincia de Tucumán, Argentina; tras un proceso judicial que se extendió durante más de cinco años desde la presentación de la denuncia, y cuatro meses y medio de juicio, durante los cuales se escucharon testimonios de aproximadamente ochenta testigos.
Los hechos por los que fue condenado Alperovich ocurrieron entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018. La víctima, identificada como M.F.L., trabajaba como secretaria en el equipo de campaña de Alperovich cuando este buscaba recuperar la gobernación de Tucumán en 2019.
La víctima es sobrina segunda del condenado, hija de un primo hermano suyo. El abuso sexual se dio en el marco de una relación de poder y dependencia, lo que agravó la situación.
Durante el juicio, la Fiscalía y la querella describieron cómo Alperovich utilizó su posición de autoridad para intimidar y abusar de la víctima. La sentencia incluye la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Además, tres testigos serán investigados por falso testimonio, ya que, según la fiscalía, mintieron para proteger a Alperovich. También, se ordenó la revisión de la actuación de dos psicólogas peritos, cuyos informes intentaron desacreditar a la víctima, incluyendo párrafos copiados del descargo presentado por la defensa.
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La sentencia es considerada un hito en la lucha contra la impunidad de la violencia sexual. Milagro Mariona, periodista y vocera de M.F.L., declaró: “Este veredicto significa que la justicia creyó en la denunciante y eso es suficiente para ella”.
La joven, que tenía 27 años cuando se cometieron los abusos, escuchó la decisión del juez desde Tucumán, donde recientemente tuvo un bebé.
El fiscal Sandro Abraldes, quien pidió una pena de dieciséis años y seis meses para Alperovich, definió el caso como “un juicio sobre la impunidad del poder”.
Durante su alegato final, Abraldes señaló: "Alperovich no la quería para trabajar con él. La quería para la cama. El concepto es primitivo. Manda el señor feudal. Al gran mandón no se le discute. Se hace lo que quiere".
La parte querellante, por su parte, había solicitado una condena de veintidós años.
El juicio reveló detalles impactantes sobre la conducta de Alperovich y la situación de sometimiento en la que se encontraba la víctima.
Según la denuncia, los abusos ocurrieron tanto en Tucumán como en Buenos Aires, en situaciones donde Alperovich y la víctima viajaban juntos para cumplir con sus labores en el Congreso Nacional.
La querella describió cómo la víctima era denigrada y sometida de manera constante, lo que afectó gravemente su salud física y emocional.
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Alperovich no habló en el juicio
En el último momento, antes del fallo, Alperovich decidió no hablar, sorprendiendo a muchos. Su defensa, sin embargo, intentó desacreditar a la víctima y presentó el caso como un complot político y económico en su contra.
Previamente, Alperovich había negado los hechos al afirmar: “Yo no abusé de ella, eso es una mentira. Yo soy un hombre de 70 años”. También, cuestionó el vínculo familiar con la víctima, diciendo: “Son títulos que se ponen, dicen que es mi sobrina, pero ella nunca me dijo tío y yo nunca le dije sobrina”.
La defensa también acusó a la denunciante de utilizar frases de otros casos mediáticos, como el del actor Juan Darthés -condenado el pasado día 10 en Brasil a seis años de prisión por el abuso sexual a la actriz Thelma Fardín cuando esta era adolescente- para construir su relato.
Ninguna de estas especulaciones quedó probada durante el juicio, y el tribunal determinó la culpabilidad de Alperovich basándose en las pruebas y testimonios presentados.
El caso ha tenido un fuerte impacto mediático y social en Argentina, por la importancia de escuchar y creer en las víctimas de abuso sexual.