En ese comunicado, los líderes reconocieron "la importancia de China en el comercio global" y aseguraron que están "comprometidos con el avance del comercio libre y justo, con un campo de juego nivelado y relaciones económicas equilibradas" conforme a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"No estamos intentando dañar a China o impedir su desarrollo económico; de hecho, una China creciente que juegue según las reglas y normas internacionales sería de interés global", reza ese comunicado.
Sin embargo, las siete naciones más industrializadas del mundo expresaron preocupación "por el persistente enfoque industrial de China y sus políticas y prácticas no favorables a la competición de mercado que están teniendo efectos globales, provocando distorsiones en el mercado y una perjudicial sobrecapacidad en un creciente número de sectores".
De esta forma, instaron a China a "abstenerse de adoptar medidas de control de exportaciones", especialmente de minerales críticos para el desarrollo de energías limpias, como paneles solares y baterías de vehículos eléctricos, en los que China tiene prácticamente un monopolio.
Aparte del plano comercial, los líderes del G7 pidieron a China que presione a Rusia para que retire "inmediatamente" sus tropas de Ucrania, según figura en el texto de ese comunicado final.
"Expresamos nuestra profunda preocupación por el apoyo de China a Rusia. Instamos a China a presionar a Rusia para que detenga su agresión militar y retire inmediata, completa e incondicionalmente sus tropas de Ucrania", reza el texto.
Los mandatarios, además instaron a China a apoyar una "paz integral, justa y duradera" para Ucrania.
Sin embargo, el comunicado, que fue elaborado tras meses de negociaciones, no hace ninguna mención a las condiciones que ha puesto hoy el presidente ruso, Vladímir Putin, para la paz en Ucrania y entre las que se incluye la renuncia de Kiev a ingresar en la OTAN.