Ésa es la previsión ofrecida por el responsable de operaciones de Aeropuertos de París (ADP), Renaud Duplay, que en una comparecencia este martes ante los medios reconoció que hay cierta incertidumbre sobre las cifras finales, y que aún podrían variar puesto que hay compañías que están añadiendo vuelos.
En cualquier caso, Duplay subrayó que durante los Juegos Olímpicos (JJOO) estarán en servicio todas las terminales de CDG, algo que no ocurría cuando se produjo el techo histórico de actividad en el verano de 2019, ya que una de ellas estaba cerrada.
El 12 de agosto, un día después de la clausura de los Juegos, será el día más crítico de toda la temporada olímpica para el tráfico aéreo. Junto a los alrededor de 230.000 pasajeros en CDG se estima que habrá más de 120.000 en el aeropuerto de Orly.
Augustin de Romanet, el consejero delegado de ADP (la empresa de capital mayoritariamente público concesionaria de los tres aeropuertos de París, CDG, Orly y Le Bourget) explicó que en las 72 horas posteriores a la clausura es cuando saldrán las delegaciones oficiales.
Esas delegaciones incluyen 10.000 atletas y 64.000 personas acreditadas que transportarán 115.000 maletas o equipajes, de los cuales 17.000 de tamaños especiales.
Para evitar los riesgos de saturación, se ha previsto que de cara a la salida la facturación se pueda hacer en la Villa Olímpica, con transportes especiales para los miembros de las delegaciones que también tendrán controles especialmente dedicados, separados del resto de los pasajeros.
También se prevén un pico de tráfico en los aeropuertos de París, pero menos intensos que entre el 10 y el 13 de agosto, desde la apertura de la Villa Olímpica el 18 de julio hasta dos o tres días antes de la ceremonia de apertura, el 26 de julio.
Antes de que llegue todo eso, el próximo 24 de junio empezará a funcionar la extensión de la línea 14 del metro, que de esa forma llegará hasta el aeropuerto de Orly, que quedará así conectado en 25 minutos con el metro de París.