"La victoria de Rusia será la victoria del mundo", dijo Ortega durante una reunión con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en los márgenes del Foro Económico de San Petersburgo, según recoge la agencia TASS.
Laureano, hijo del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y la vicepresidenta, Rosario Murillo, aseguró que el foro, que ha reunido estos días en la segunda ciudad rusa a representantes de más de 130 países, es fundamental para la formación de un "nuevo orden mundial", en el que trabaja Rusia junto con otros países.
Por su parte, la Duma rusa (cámara baja del Parlamento) informó sobre una reunión entre su presidente, Viacheslav Volodin, con Ortega en la que las partes hablaron del desarrollo de las relaciones bilaterales.
"Durante el año pasado, el volumen de comercio entre nuestros países aumentó en un 70%. Podemos decir que 2024 también se perfila como bueno para las relaciones económicas, pues solo en el primer trimestre, el volumen del intercambio aumentó un 79%", dijo Volodin.
Volodin agradeció al enviado nicaragüense por su postura sobre el conflicto en Ucrania y criticó a países occidentales por autorizar a Kiev los ataques en territorios ruso.
Ortega a su vez condenó las declaraciones que se hacen en EEUU y Europa sobre los ataques en suelo ruso y se pronunció a favor de la "paz en todo el mundo", según el comunicado de la parte rusa.
El presidente de Nicaragua es ahora el principal aliado en Centroamérica del presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Rusia es un antiguo aliado de Nicaragua que durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990) dotó de armamento soviético a las Fuerzas Armadas nicaragüenses.
El pasado abril, durante una visita a Moscú de Laureano Ortega, ambos países firmaron una declaración conjunta para contrarrestar los efectos de las sanciones unilaterales de Occidente.
Occidente impuso las primeras sanciones contra Rusia tras la anexión de Crimea en 2014 e incrementó su número tras el comienzo de la guerra en Ucrania.
Nicaragua también ha sido sancionada por Estados Unidos, Canadá, Suiza y la UE, tras las protestas antigubernamentales de 2018, durante las cuales murieron unas 328 personas.