Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, colono ultraderechista y líder de una de las formaciones clave en el Gobierno de coalición de Benjamín Netanyahu, Poder Judío, dijo que si el primer ministro acepta la actual propuesta de tregua su partido "disolverá el Gobierno".
"Se trata de un acuerdo promiscuo, que supone una victoria para el terrorismo y un peligro para la seguridad del Estado de Israel", aseguró en un comunicado.
Smotrich, por su parte, también colono y líder del partido de ultraderecha Sionismo Religioso, además de ministro de Finanzas, amenazó con abandonar la coalición si el mandatario israelí da luz verde al esquema de tregua tal y como está planteado, ya que, en su opinión, significaría el fin de la guerra en Gaza sin que Hamás haya sido "destruido".
El jefe de la oposición, el centrista Yair Lapid, reiteró este sábado su oferta a Netanyahu de apoyar al Gobierno si Ben Gvir y Smotrich cumplen con sus amenazas, y criticó a ambos ministros por descuidar "la seguridad nacional, a los rehenes, y a los habitantes del norte y del sur" de Israel.
"Si por ellos fuera, podría haber guerra aquí para siempre", aseguró Lapid en un mensaje en su cuenta de X.
Mientras, miles de manifestantes en todo Israel, y especialmente en la ciudad de Tel Aviv, exigieron este sábado al Gobierno aceptar la propuesta de tregua, que se desarrollaría en tres fases en las que se sucederían intercambios de rehenes israelíes por presos palestinos mientras las tropas se retiran gradualmente de Gaza y se pone en marcha un plan de reconstrucción.
La oficina de Netanyahu confirmó haber autorizado a sus negociadores a presentar un borrador a Hamás, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciase ayer el esquema de la tregua en un discurso.
Sin embargo, el primer ministro dejó claro que la guerra no terminará hasta que Israel no logre sus objetivos militares, que pasan por la eliminación total de "las capacidades militares y de gobierno" de Hamás en Gaza.
El grupo islamista palestino, por su parte, ha indicado que está dispuesto a aceptar un intercambio de los secuestrados por presos palestinos en cárceles israelíes, siempre y cuando el pacto conlleve el fin de la guerra en Gaza.