"Israel no ha llevado a cabo ni llevará a cabo ninguna actividad militar en la zona de Rafah que cree condiciones de vida que puedan conducir a la destrucción de la población civil palestina, total o parcialmente", recoge un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores de Israel.
En la nota se insiste en que Israel está haciendo uso su "derecho a defender su territorio y a los ciudadanos" tras los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre y respetando el derecho internacional humanitario.
"Tras el terrible ataque terrorista contra los ciudadanos de Israel el 7 de octubre, Israel se embarcó en una guerra defensiva justa para eliminar a la organización Hamás y liberar a nuestros rehenes", agrega el Ministerio.
El fallo de este viernes de la CIJ también le urge a Israel que reabra el paso de Rafah, imprescindible para la entrada de ayuda humanitaria para una población hambrienta. Sin embargo los responsables del Ministerio de Exteriores israelí se limitan a decir que "continuarán con sus esfuerzos para la entrada de ayuda y evitar daños a la población civil".
Alrededor de un millón de personas han huido ya de la ciudad fronteriza con Egipto, según los datos que proporcionó el jueves el Ejército israelí, de los que 800.000 han llegado a las playas de Al Mawasi, abarrotada de otros desplazados, y donde no hay agua potable ni luz.
Ese era el escenario que quería evitar parte de la comunidad internacional que ha estado meses pidiéndole a Israel que no lanzara una ofensiva terrestre en esta ciudad sureña, convertida en el último refugio para los gazatíes.
Poco después de conocerse la decisión del tribunal de La Haya, Israel ha intensificado sus ataques en varios barrios de la ciudad de Rafah. Este viernes los tanques han seguido avanzado hacia el centro de la urbe.