A sus 77 años, Donald Trump mostró una gran energía en la hora y media que duró el mitin en Crotona Park ante miles de personas, unas 10.000 según la organización, y 3.500 según la ciudad, de gran diversidad en raza y edades y que le mostraron un apoyo fervoroso, mientras un imponente despliegue policial separaba a los escasos manifestantes antitrumpistas que se atrevieron a aparecer.
En un distrito en el que más de la mitad de la población es hispana y más de un cuarto negra, el candidato republicano a las próximas presidenciales argumentó que “millones” de inmigrantes están dejando vacías las cárceles de sus países, entrando ilegalmente en Estados Unidos y cometiendo “crímenes migrantes”.
Entre gritos de “Send them back” (depórtalos) y “Build the wall” (levanta el muro), Trump prometió “la mayor deportación criminal de la historia” e incluso sugirió que los inmigrantes “están creando un ejército desde dentro” porque “suelen tener buen físico, entre 19-25 años, casi todos son hombres, y están en edad de luchar”.
El político eligió anécdotas de las que más escuecen, como el “ataque de una banda migrante a policías” en Times Square o el uso de una escuela como refugio migrante en Brooklyn, y recuperó de su anterior campaña una historia metafórica sobre una serpiente (el emigrante) rescatada de la calle por una mujer a la que luego el animal traiciona y muerde.
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El expresidente cumplió casi todas las apuestas y se proclamó más capaz que su rival, el presidente demócrata Joe Biden, en numerosas ocasiones, aunque con una declaración arriesgada: para cuestionar las capacidades del líder demócrata, afirmó que los líderes de China, Corea del Norte y Rusia están “en la cima del mundo”.