"Estamos protegiendo a los civiles de Rafah para que no se conviertan en escudos humanos de (el grupo islamista palestino) Hamás, y les alentamos a evacuar temporalmente a zonas humanitarias para que estén fuera de peligro", indicó Hagari.
De ese millón, al menos 800.000 personas han llegado a la zona costera de Al Mawasi, identificada como 'zona humanitaria' por el Ejército israelí, que ya estaba abarrotada de desplazados de otros puntos del enclave, y donde además no hay agua potable ni electricidad, según informó hoy Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado.
"La gente no tiene más remedio que depositar su fe en las llamadas 'zonas humanitarias seguras' designadas por las fuerzas que han matado a sus familiares y destruido sus hogares", lamentó, por su parte, Suze van Meegen, jefa de operaciones del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, en inglés).
Van Meegen también lamentó que al menos 50 camiones permanezcan retenidos en la frontera egipcia tras el cierre del paso de Rafah, por lo que los gazatíes no pueden recibir tiendas de campaña, medicinas, toallas sanitarias y otros productos básicos de los que, asegura, "se les está privando", así como del combustible imprescindible para el funcionamiento de los hospitales.
"Hamás ha estado manteniendo cautivos a nuestros rehenes en Rafah, razón por la cual nuestras fuerzas están maniobrando en esta zona. Debemos seguir haciendo todo lo posible para traer a todos nuestros rehenes a casa y asegurar una derrota duradera de Hamás", afirmó Hagari.
En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, reiteró hoy que ya están ampliando sus fuerzas en Rafah, ciudad fronteriza con Egipto, y que lo seguirán haciendo para "asestar un golpe a Hamás" que les permita crear las condiciones para salvar a los rehenes.
"Esta operación continuará y aumentará: más fuerzas en tierra, más fuerzas desde el aire, y alcanzaremos nuestros objetivos", dijo Gallant a bordo de una lancha patrullera en las costas de Gaza, donde ha llevado a cabo una evaluación de la situación.