El detenido, cuya identidad no fue divulgada, estaba en libertad condicional, pero había violado una medida que le obligaba a usar una tobillera electrónica, y fue capturado en una carretera del estado de Mato Grosso do Sul cuando se dirigía en un vehículo hacia Paraguay, desde donde confesó que pretendía seguir hacia Argentina, explicaron las autoridades.
Según la Policía, se trata de una de las casi 1.500 personas que fueron acusadas por la asonada del 8 de enero de 2023, cuando miles de activistas de ultraderecha asaltaron las sedes de los tres poderes con el fin de llevar a las Fuerzas Armadas a derrocar al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien había asumido el poder una semana antes.
Del total de procesados, hasta ahora 216 han sido condenados a penas que llegan a 17 años de prisión y la mayoría de los que todavía no han recibido sentencia se encuentra en libertad vigilada, pero bajo ciertas medidas cautelares.
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Al menos una decena de los acusados ha violado esas medidas y se encuentra en paradero desconocido, por lo que la Fiscalía General pidió, la semana pasada, su inclusión en las listas de fugitivos de Interpol, pues presume que puedan haber huido al exterior.
Según la propia Fiscalía, algunos ya habrían salido de Brasil por tierra rumbo a países vecinos, como Argentina, Uruguay y Paraguay.