Así lo explicó durante una rueda de prensa en la Casa Blanca con el presidente de Kenia, William Ruto, cuyo país se comprometió a liderar la misión policial que tratará de resolver la crisis de inseguridad en Haití con un millar de agentes kenianos.
"No habrá fuerzas estadounidenses en el terreno. Vamos a suministrar logística, inteligencia y equipos", remarcó Biden, quien añadió que EE.UU. hará "todo lo posible" para la seguridad de Haití sin intervenir directamente.
"El despliegue de 1.000 miembros de personal de seguridad (kenianos) es un testamento del compromiso de Kenia con la paz y la seguridad", aseguró Ruto en la rueda de prensa conjunta.
Biden dijo que la situación de desgobierno y aumento de la impunidad de las bandas armadas en Haití es "una crisis con la que podemos lidiar a través de una estrategia multinacional, con Kenia liderándola y nosotros proveyendo la inteligencia y el equipamiento".
"Estamos ante una crisis muy volátil. Estamos en una situación en la que queremos hacer todo lo que podamos sin que parezca que Estados Unidos, otra vez, se está inmiscuyendo y decide lo que se tiene que hacer", apuntó.
Por su parte, Ruto dijo que las fuerzas kenianas tienen claro cuál es su cometido en el país caribeño y las normas de comportamiento a las que se deben, así como a su interacción con la Policía Nacional de Haití.
"Las bandas son criminales. No tienen nacionalidades, ni religión, ni lengua. El lenguaje es lidiar con ellos de manera decisiva dentro de los parámetros de la ley y para eso estamos construyendo un coalición de naciones bajo el liderazgo de Kenia", apuntó Ruto.
Kenia se ha comprometido a liderar una fuerza de unos 2.500 efectivos para poner coto a las bandas armadas que se reparten el control de gran parte de las principales ciudades del país, empezando con Puerto Príncipe, que esta semana pudo reabrir su aeropuerto tras tres meses cerrado por la inseguridad.
La Administración de Biden ha comprometido 300 millones de dólares para el despliegue de esa fuerza multinacional, pero ha calculado que dicha misión tendrá un coste anual de entre 500 y 600 millones, por lo que ha presionado a sus aliados para que realicen más aportaciones.