"A pesar de las dificultades, no estamos desconectados del mundo, y el mundo no está desconectado de nosotros", aseguró Herzog en una conferencia económica en Jerusalén, enfatizando los lazos militares, diplomáticos y económicos con Estados Unidos o la Unión Europea, entre otros.
El lunes, el fiscal general de la CPI, Karim Khan, pidió a los jueces del órgano que dicten órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y contra su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos "crímenes de guerra" en el conflicto en la Franja de Gaza, donde ya han muerto más de 35.500 personas.
Además, Khan solicitó órdenes de arresto contra tres líderes de Hamás, lo que indignó a las autoridades israelíes -y también al grupo islamista palestino- por "equiparar" ambos bandos.
Herzog volvió a criticar esta decisión, y dijo que "el malvado imperio de Irán y sus satélites" está tratando de dañar las alianzas internacionales de Israel con una campaña en su contra, en la que enmarcó el anuncio del fiscal de la CPI.
En este sentido, el presidente israelí consideró que la guerra contra Hamás en Gaza es "una batalla histórica, amplia, estratégica y global", y propuso como contrapeso la normalización de las relaciones con Arabia Saudí, un proceso que quedó paralizado tras el 7 de octubre.
En los últimos días, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, se reunió con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, y logró "avances significativos" para incrementar la cooperación entre los dos países en materia de defensa, parte de un "megapacto" que Washington impulsa desde hace meses y que podría conducir a la normalización de relaciones entre Israel y el reino saudí.
Una vez que Washington y Riad lleguen a un acuerdo, el siguiente paso sería conseguir que Israel acceda a crear un Estado palestino y poner fin a la guerra en Gaza.
Sin embargo, la creación de ese Estado palestino parece incompatible con las posiciones políticas de Netanyahu, quien se ha opuesto públicamente a ello y cuya permanencia en el poder depende del apoyo de políticos de extrema derecha que respaldan la creación de más asentamientos israelíes en territorios palestinos.