La buena sintonía entre sus líderes, Xi Jinping y Vladímir Putin, quedó patente durante su encuentro del jueves en Pekín, un fraternal cara a cara que disipó las esperanzas occidentales de que Pekín presione a Moscú para que pise el freno en Ucrania.
Xi y Putin concordaron en que "una solución política" a la guerra es "el camino correcto", pero eso pasaría por una conferencia "reconocida por todas las partes" para reanudar el diálogo en un momento en que las tropas rusas avanzan sobre la región de Járkov.
Putin aseguró al término de su visita que el Ejército ruso no tiene planes de tomar la ciudad.
Xi aseveró que China espera que Europa "recupere la paz y la estabilidad" mientras China continuará "desempeñando un papel constructivo" en ese sentido.
Críticas de EE. UU. a la visita
Hasta ahora, Occidente ha acogido con escepticismo las iniciativas chinas para Ucrania y EE.UU. asegura que Pekín está "ayudando" a Moscú a producir tanques y misiles mediante el suministro de componentes claves para la guerra.
Un portavoz de Washington también criticó ayer a China por pretender simultanear unas "relaciones buenas, sólidas y más profundas" con Europa y alimentar "a la mayor amenaza a la seguridad europea en mucho tiempo".
Pekín niega haber vendido armamento a Rusia y asegura que mantiene una relación comercial "normal" con Moscú, con el que profundizó el jueves su alianza sin hacer descarrilar sus lazos con Europa en una nueva exhibición de malabarismo diplomático.
Xi volvió a tirar de gestos y, como hizo en 2023 con el presidente francés, Emmanuel Macron, agasajó a Putin con un concierto de gala donde, en un acto de "modestia", el ruso pidió al público detener una ovación en pie de casi un minuto.
En los encuentros, Xi destacó que se ha reunido con Putin "más de cuarenta veces" y alardeó de la "fortaleza" de los lazos, que "seguirán consolidándose para defender la justicia en el mundo".
Matrimonio de conveniencia
Algunos expertos comparan la sintonía con una suerte de matrimonio de conveniencia provocado por la actual animadversión compartida hacia Estados Unidos, país que consideran "hegemónico" y al que acusan de tener "una mentalidad propia de la Guerra Fría".
Mientras, ellos dicen representar una "multipolaridad" que "favorece la paz, la estabilidad y la prosperidad" en un momento en que Pekín busca liderar el Sur Global.
Pese a la pompa dada al viaje del "viejo amigo Putin", la relación tiene límites y el primero de ellos lo dejó claro el propio Xi al advertir el año pasado contra el uso de armas nucleares en Ucrania.
"La visita escenifica el interés de ambos en contrarrestar a Occidente. China ha tratado de dar la impresión de que puede ser un actor constructivo en el escenario global pero, por el momento, apoyará a Putin mientras libre su guerra", comenta el investigador estadounidense David Salvo.
No obstante "China es, a día de hoy, económica y geopolíticamente más fuerte que Rusia. Si la guerra en Ucrania se prolonga y China concluye que ya no le interesa brindar apoyo incondicional a Rusia, tal vez los cálculos en Pekín cambien".
Mientras, la prensa china recalca que China y Rusia "no son aliados político-militares", sino que su relación está "caracterizada por la no alineación y la no confrontación", si bien ambos países acordaron ayer profundizar la cooperación militar con más ejercicios y patrullas marítimas y aéreas conjuntas.
Seguridad regional y energía
Entretanto, Global Times destaca hoy que "algunos países", en referencia a EE.UU., utilizan "la seguridad nacional como pretexto para promover la política de bloques, secuestrando aliados para presionar por el 'desacoplamiento' de China".
Por ello "China y Rusia mantienen una comunicación estratégica efectiva, porque se oponen a la mentalidad de la Guerra Fría, la confrontación de bloques y la interferencia en los asuntos internos de otros países", según el diario.
Por otro lado, la mirada de China está en el Pacífico: "Es importante luchar por una arquitectura de seguridad en la región en la que no haya lugar para alianzas político-militares cerradas. Su creación es perjudicial", declaró Putin.
Al margen, sobre la visita planeó la meta del ruso de vender energía a China: "Rusia es capaz de abastecer de forma ininterrumpida y fiable con energía, luz y calor asequibles y respetuosos con el medio ambiente", declaró en la ciudad nororiental de Harbin.
Además, ambos subrayaron los éxitos de los intercambios comerciales -240.000 millones dólares en 2023- en medio de las sanciones económicas y aranceles impuestos por terceros.