“Principalmente porque para contar la historia de Furia en el camino (2015), teníamos que conocer la historia detrás de Furiosa”, explicó en una rueda de prensa sobre cómo decidieron poner en marcha Furiosa, precuela de la película de hace nueve años que protagonizó Charlize Theron.
Cada película abre las puertas de otra historia de la saga, pero el realizador australiano afirmó que esperara a ver cómo funciona Furiosa, presentada fuera de competición en el festival, “antes de pensar” en nuevas entregas.
En Furiosa, más allá de las brutales escenas de acción, que funcionan casi como una coreografía, el mayor acierto está en la elección de sus protagonistas, con un Chris Hemsworth tan divertido como cruel como el villano Dementus, y Anya Taylor-Joy con la expresividad necesaria tan solo con sus ojos para interpretar a una Furiosa con muy poco diálogo en la cinta.
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Hemsworth, al que gustó una descripción de su personaje hecha por un periodista que dijo que es una mezcla de Darth Vader y Looney Tunes, resaltó que trabajó mucho con Miller para encontrar la humanidad en Dementus.
"Para George y para mí era importante encontrar la humanidad en el personaje y agregarle momentos de vulnerabilidad" para comprender que había sufrido mucho.
El actor no quiso justificar las acciones de su personaje, que simplemente responden a la lucha “por sobrevivir en un espacio brutal” y destacó la inclusión de algunos toques de humor, algo ausente en las películas anteriores de Mad Max. “He disfrutado cada segundo de esta experiencia”, agregó.
Mientras que para Taylor-Joy lo más complicado de su experiencia fue la parte física.
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La actriz de origen español y argentino se preparó mucho físicamente par encarnar a la guerrera Furiosa, tanto que desarrolló una gran amistad con la especialista que la ayudó, Hayley Wright.
"Ella es ahora una de mis mejores amigas en todo el mundo. En lugar de ser un ambiente de agresión, me decía: 'Te quiero, creo en ti, vas a poder hacerlo'". Y eso le dio la fuerza necesaria para realizar las complicadas escenas de acción. "Fue maravilloso", aseguró.
Furiosa llega 45 años después del original protagonizado por Mel Gibson, una primera entrega que fracasó en Estados Unidos y que contaba con un doblaje de acentos estadounidenses que no gustó nada al director.
Ahora está satisfecho de que Furiosa sea finalmente “un Mad Max con todos los acentos australianos”. Y recordó divertido que cuando llegó a Estados Unidos a presentar aquel primer filme les preguntaban si eran austríacos porque no entendían su inglés.
Una saga que ha ido evolucionando con el tiempo y que en cada película ha cambiado en el estilo y en los personajes, algo necesario para Miller. "Si te dedicas a repetir lo que ya has hecho, no hay ganas para hacer nada más (...) siempre me he dejado llevar por mi curiosidad".
Esas ganas de aprender le llevan a estar más interesado en la forma de contar una historia que en la historia en sí misma, algo que queda claro en Furiosa, con una atención a cada detalle formal, lo que da como resultado una película que visualmente está muy por encima de un guion flojo.
Miller reconoció esa obsesión por el más mínimo detalle para que todo lo que aparezca en cada imagen de la película ayude a contar la historia. "Hay una fuerte conexión entre la estética de los vehículos y de los personajes", apuntó el realizador como ejemplo.
A lo que Taylor-Joy añadió que en cada personaje tenían que saber "exacta y detalladamente cada cosa que lleva" porque "no hay nada que esté ahí por accidente".
Un equipo satisfecho con una película que para algunos ha sido más que un simple trabajo, como Hemsworth. “La saga de Mad Max tiene un lugar en mi corazón”, dijo el actor, que agradeció a Miller el haberle llevado a este proyecto y a los espectadores su pasión por la historia.