Aevarsdóttir realizó recientemente una visita a Assange, con quien pudo hablar, en la prisión de Belmarsh, mientras aguarda una decisión de la Justicia británica sobre su extradición a Estados Unidos, según informó un comunicado de la Asamblea.
La Justicia de EE.UU. ha acusado al australiano Assange de 17 cargos bajo la Ley de Espionaje, todos relacionados con la divulgación de documentos secretos, algunos de los cuales divulgaron episodios de torturas y violaciones de las leyes humanitarias por Estados Unidos y sus aliados en conflictos internacionales.
Si es extraditado, el austrliano Assange podría ser condenado a un máximo de 175 años de prisión.
"El duro tratamiento de Julian Assange podría disuadir a otros que deseen divulgar información veraz sobre conflictos armados", afirmó Aevarsdóttir en el comunicado.
Añadió que, "tanto si es o no extraditado, la acusación en su contra y su larga detención ya pone en riesgo que otros denunciantes y periodistas se frenen a la hora de denunciar las transgresioines de gobiernos o actores privados importantes".