Hasta el momento, China solo ha confirmado la visita de Blinken del 24 al 26 de abril, sin detallar con quién se reunirá, mientras que la Casa Blanca adelantó que aterrizará en Shanghái antes de trasladarse a Pekín para “discutir una variedad de cuestiones bilaterales, regionales y globales”.
Al margen de los conflictos, estarán sobre la mesa "la cooperación en antinarcóticos, la comunicación entre militares, la inteligencia artificial y el fortalecimiento de los lazos entre pueblos", según la secretaría de Estado, que apuntó a que Blinken reiterará la importancia de que EE.UU. y China gestionen sus desavenencias desde la responsabilidad.
Blinken también repasará los avances bilaterales en cuanto a los compromisos asumidos por Joe Biden y Xi Jinping en el encuentro que mantuvieron en San Francisco el pasado noviembre.
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El portavoz de Exteriores Wang Wenbin afirmó hoy que la visita “forma parte de los esfuerzos” de ambas potencias para poner en marcha “los consensos alcanzados” entonces.
"Se trata de mantener el diálogo, promover la cooperación y fortalecer la coordinación. A partir de ahí, intercambiaremos opiniones sobre las relaciones bilaterales y sobre cuestiones de interés común", dijo.
La “sobrecapacidad”, nuevo escollo
La visita tiene lugar tras el reciente viaje de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien criticó en Pekín los apoyos oficiales chinos a algunas industrias, que a su juicio está conduciendo a una “sobrecapacidad de producción que excede la demanda interna de China y lo que el mercado global puede soportar”.
El lunes, el portavoz chino Lin Jian argumentó que EE.UU. está utilizando una nueva argucia para “golpear a las industrias chinas” y “ganar injustamente ventaja en el mercado”, lo que supone “un acto de intimidación económica”.
"Quienes usan el exceso de capacidad para justificar su proteccionismo no tienen nada que ganar. Sólo conseguirán desestabilizar las cadenas de suministro globales, dañar a los sectores emergentes y obstaculizar la respuesta climática y la transición verde en todo el mundo", acotó.
Así pues, es de esperar que los rifirrafes comerciales sobrevuelen la visita del representante estadounidense, a cuyo Gobierno el portavoz chino instó a "jugar limpio", a "dejar a un lado la mentalidad hegemónica" y "a trabajar para promover una globalización económica beneficiosa e inclusiva".
Discrepancias en los conflictos
En cuanto a política exterior, el portavoz Lin criticó que EE.UU. vetara el pasado viernes la entrada de Palestina en la ONU como miembro de pleno derecho, “destrozando el sueño que tiene este pueblo desde hace décadas”.
“El conflicto palestino-israelí persiste. En Gaza continúa una grave crisis humanitaria. EE.UU. no puede negar el llamamiento de la región a un alto el fuego inmediato, la necesidad de ayuda humanitaria y el deseo global de una solución justa y duradera a la cuestión palestina”, señaló.
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Sobre Ucrania, China ha afirmado que no aceptará “críticas o presiones” por sus estrechas relaciones con Rusia después de que Washington advirtiera a Pekín que tendrá que rendir cuentas si Moscú logra avances en el frente.
En ese sentido, el portavoz Wang replicó hoy a la tesis de que el viaje de Blinken busque impedir que Pekín suministre a Moscú componentes críticos para producir armamento bajo la amenaza de tomar medidas contra instituciones financieras chinas.
"No se nos puede castigar porque tenemos derecho a mantener intercambios económicos con otros países, incluyendo a Rusia. Defenderemos firmemente nuestros intereses", aseveró.
Asimismo, la visita llega después de que el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y su homólogo chino de Defensa, Dong Jun, conversaran por primera vez desde noviembre de 2022 en medio de las crecientes tensiones en el mar de China Meridional, especialmente entre China y Filipinas.
Esas tensiones han ido en aumento a raíz de incidentes entre embarcaciones de ambos países en zonas que se disputan en ese mar, donde Estados Unidos respalda a Filipinas en aras de mantener el derecho a la libre navegación en aguas por las que transita alrededor del 30 % del comercio marítimo mundial.