"Esto no tendrá ningún impacto en la vida de los rinocerontes. (...) Una vez que despiertan después de haber sido sedados, inmediatamente empiezan a comer sin mostrar ninguna señal de molestias", aseguró este sábado el portavoz de Ezemvelo KZN Wildlife, Musa Mntambo, a la televisión pública de Sudáfrica, la SABC.
"La provincia de KwaZulu-Natal ha desempeñado un papel fundamental en la conservación de los rinocerontes en África, por lo que estamos poniendo recursos para apoyar a las autoridades", añadió, por su parte, el director para Sudáfrica del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Morné du Plessis.
Además, está reforzándose la seguridad en los espacios naturales de la región, después de que los cazadores furtivos matasen el año pasado a un total de 325 rinocerontes, incluidos 307 dentro de la reserva de Hluhluwe iMfolozi, para vender sus cuernos.
En 2023 Sudáfrica detectó un aumento de rinocerontes cazados furtivamente en el país, 499 en total, lo que supuso un aumento de 51 respecto al año anterior.
La caza furtiva -impulsada por la alta demanda de los cuernos de rinocerontes, sobre todo, en China y algunos países del sudeste asiático- ha llevado al borde de extinción a estos animales.
Sin embargo, las poblaciones tanto de rinocerontes negros como de rinocerontes blancos están creciendo por primera vez en la última década en África después de haber sido diezmadas por esa caza ilegal y la pérdida de sus hábitats, según el último estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), publicado el pasado septiembre.
De acuerdo con la UICN, a finales de 2022 había 23.290 rinocerontes -incluidos 6.490 rinocerontes negros- en todo el continente, un 5,2 % más que en 2021, pese a que murieron al menos 561 a manos de los cazadores furtivos.