La XXXVI edición de la FILBo fue inaugurada el miércoles por los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, con un llamado a preservar la naturaleza, en especial la selva amazónica que comparten, como reserva del planeta y fuente de inspiración para contar historias.
"Es importante fortalecer la conciencia humana en relación a la necesidad de preservar la naturaleza y tenemos a Colombia como aliada en este pensamiento", dijo a EFE la ministra brasileña de Cultura, la cantante Margareth Menezes.
Con ese concepto, el pabellón de Brasil mezcla muestras de los biomas del país con literatura y manifestaciones artísticas que reflejan su complejidad social.
"Se busca hacer una reflexión y acciones que preserven la vida humana pues tanto en Brasil como en Colombia tenemos similitudes en la construcción social, su pueblo, sus influencias indígenas, africanas, europeas, y también los conflictos", agregó Menezes.
Esa idea se refleja en la abundancia de clásicos brasileños como 'Macunaíma', de Mario de Andrade; 'Sobrados e mucambos', de Gilberto Freyre; 'Grande sertao: veredas', de Joao Guimaraes Rosa; 'Memorias do cárcere', de Graciliano Ramos; 'O povo brasileiro', de Darcy Ribeiro; 'Memorias póstumas de Bras Cubas', de Machado de Assis, o 'Capitaes da areia', de Jorge Amado.
Junto a ellos, obras de otros autores, como Paulo Fonseca, Clarice Lispector, Lygia Fagundes Telles, Ignacio de Loyola Brandao y Ruy Castro, así como nuevos nombres de la literatura: Paula Pimenta, Luciany Aparecida, Raphael Montes, Geovane Martins y Ailton Krenak, primer indígena en ocupar una silla en la Academia Brasileña de Letras (ABL).
"Traemos más de 30 escritores y escritoras de todas las regiones, de varias ciudades, una nueva literatura que incluye la historia contada ahora por quien la vivió y eso despierta la imaginación de las personas", señaló la ministra.
No faltan libros sobre la Amazonía, el Carnaval de Río de Janeiro o la obra fotográfica de Sebastiao Salgado.
Naturaleza y literatura
"La idea fue encontrar una manera de expresar la forma de 'leer la naturaleza' (lema de la feria), trayendo los ambientes brasileños que influenciaron la literatura del país", explicó a EFE Lucas Abreu, director creativo de Farm & House, la firma que diseñó el espacio.
Brasil, agrega, está compuesto "por seis biomas principales" que le dan al país una biodiversidad y belleza sin igual y que están representados en la feria: la Amazonía, el Pantanal, la Mata Atlántica, el Cerrado, la Caatinga y la Pampa.
"Trajimos esos ambientes para el diálogo literario porque cada uno de ellos es muy característico, como si fueran diversos países, y cada uno influenció la literatura de su región de una forma especial. Por ejemplo, en los lugares más áridos hay historias que cuentan como esa vida es más difícil, esa vida de migración", explicó.
Al mismo tiempo, "en los lugares con agua abundante, donde hay una selva más vistosa, existe esa exuberancia de la belleza de Brasil".
"Y la Amazonía, que es el ambiente más conocido de Brasil y es el bioma que compartimos con nuestros hermanos colombianos, es el centro de nuestro pabellón", dice Abreu sobre la librería en la mitad del recinto, que tiene forma de 's", como los meandros del río, y está rodeada de las plantas.
Los colores de la naturaleza son fundamentales en la imagen del Brasil tropical y base de su bandera, y por eso el pabellón tiene "el verde de la selva exuberante, el azul de las aguas de sus ríos y el amarillo que retrata nuestras regiones más secas", añade.
Con ese escenario, el pabellón ofrece también muestras fotográficas, talleres de portugués básico y charlas sobre América Latina, la influencia africana y derechos humanos.
El pabellón cuenta con una tarima para músicos de diferentes géneros, desde la bossa nova hasta el forró, este último interpretado por el dúo de Toninho Ferragutti (acordeón) y Paulo Leão (guitarra).
“Tenemos una variedad muy grande, hay más de 120 actividades que serán realizadas en el escenario hasta el final de la feria”, el 2 de mayo, concluye Abreu.