La legación indicó en su página web que “los empleados del gobierno estadounidense y sus familiares” no pueden viajar “por motivos personales” fuera de grandes ciudades como Tel Aviv, Jerusalén y Beerseba.
El aviso de seguridad, válido “hasta nuevo aviso”, significa que tampoco pueden viajar al norte del país, cerca de la frontera libanesa, donde el ejército israelí y el movimiento libanés proiraní Hezbolá intercambian disparos casi a diario desde octubre.
Los ciudadanos estadounidenses deben mantenerse “cautos”, ya que “los incidentes de seguridad suelen producirse sin previo aviso”.
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“La situación de seguridad sigue siendo compleja y puede cambiar rápidamente”, señala la embajada.
La legación diplomática no descarta ampliar las restricciones a “otras zonas de Israel (incluida la Ciudad Vieja de Jerusalén) y Cisjordania” ocupada en función de las circunstancias.