Así, el número de personas que sufrirán inseguridad alimentaria en la temporada de escasez se habrá cuadruplicado en los últimos cinco años, según las últimas previsiones de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
"El momento de actuar es ahora. Necesitamos que todos los socios den un paso adelante, se comprometan, y adopten e implementen programas innovadores para impedir que la situación se salga de control", dijo en un comunicado Margot Vandervelden, directora regional interina para África occidental del PMA.
Nigeria, Ghana, Sierra Leona y Mali serán los países más afectados en una región donde, más allá de los conflictos, factores como la devaluación de las divisas, la inflación creciente o las barreras comerciales, como las sanciones impuestas por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) contra países con gobiernos golpistas, han agravado la crisis alimentaria.
Esta emergencia se traduce en que 16,7 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición aguda en la región y más de dos de cada tres hogares no pueden permitirse una dieta saludable.
Además, ocho de cada diez niños de entre 6 y 23 meses no consumen el mínimo de comida necesario para su crecimiento y desarrollo óptimo.
Según las agencias, "los altos precios de los alimentos, el acceso limitado a la atención médica y las dietas inadecuadas" son los principales factores detrás de la desnutrición aguda en niños menores de cinco años, adolescentes y mujeres embarazadas.
"La buena nutrición en la vida temprana y la infancia es la promesa de una fuerza de trabajo productiva y educada para la sociedad de mañana", destacó el director regional de Unicef, Gilles Fagninou.