Se trata de una técnica desarrollada por el laboratorio público Instituto Fiocruz y consiste en un recipiente lleno de agua en el que colocan una tela impregnada de larvicida que, si bien no mata a los mosquitos, acaba con las larvas de los criaderos.
“Atraído por el agua y el color negro del recipiente, el insecto viene a la estación y se contamina con un larvicida que esparce por todas partes. ¿Quién mejor para encontrar los criaderos que el propio mosquito?”, afirma el profesor Rodrigo Gurgel, coordinador del laboratorio de la Universidad de Brasilia responsable de este proyecto.
Brasilia es la ciudad que tiene un mayor índice de contagios en la histórica epidemia que vive Brasil este año y una de las regiones más afectadas en la capital es la Ciudad Estructural, un área pobre construida alrededor de un vertedero, donde gran parte de la población no tiene saneamiento básico.
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Año tras año, vecinos como Manoel dos Santos hacen frente a un aumento de casos del dengue durante la época de lluvias.
“En esta calle, la mayoría ya pasó el dengue. Mi vecino y varias personas más. Hay poca gente que no lo haya tenido”, explica Santos.
Usan a los mosquitos e instalan estaciones con larvicida
En 2020, investigadores de la Universidad de Brasilia emprendieron un proyecto, financiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para instalar estaciones con larvicida y tubos para recolectar y analizar los mosquitos en 150 casas de este barrio, al que volvieron durante los 11 meses siguientes para realizar un seguimiento.
Si bien aún están analizando los resultados, el profesor Gurgel piensa que “conseguirán controlar el mosquito” con la misma eficacia que otro estudio que realizaron en 2017 en la región de São Sebastião, ubicada también en Brasilia, donde se redujo un 66 % la presencia de los mosquitos.
De hecho, algunos residentes de la Ciudad Estructural, como Reginaldo Lima, afirman haber notado una mejora desde la instalación de estas estaciones.
“Después de que empezaran este proceso, la situación mejoró bastante. Antes había muchos mosquitos y no conseguíamos dormir por la noche”, declara Lima.
Usan a los mosquitos sin necesidad de grandes laboratorios
Según explica Gurgel, “su ventaja sobre otras tecnologías, como mosquitos modificados genéticamente, es que no hay necesidad de grandes laboratorios. Cualquier servicio sanitario puede producir un bote así a muy bajo coste”.
Dada su efectividad, el Ministerio de Salud recomendó su utilización en los municipios brasileños para controlar la población de la especie Aedes aegypti y ya ha sido implementado en ciudades de cinco estados.
A principios de abril, Brasil registró un nuevo récord anual de muertes por dengue, con 1.116 óbitos en las primeras catorce semanas del año que superan el total de 1.116 defunciones ocurridas en todo 2023.
Para Gurgel, el cambio climático es una de las causas evidentes de esta situación.
Temperatura alta y lluvias propician criaderos
“Cuanto más alta la temperatura, más rápido se desarrollan los mosquitos y cuanta más lluvia, más criaderos. En los últimos años hemos visto un claro aumento de la temperatura y un cambio en los ciclos de precipitaciones”, relata Gurgel.
Por otro lado, también apunta a la falta de trabajos de control por parte del sistema de salud durante todo el año y a la falta de concienciación entre la población.
Según sentencia el profesor, “el 75% de los criaderos se encuentran en el interior de las viviendas, lo que significa que si los residentes tuvieran más cuidado con sus casas, probablemente se eliminarían muchos lugares de cría”.