Kishida dijo estar "profundamente entristecido" por los estragos del desastre, que ha provocado además cuantiosos daños materiales, especialmente en la zona del epicentro, Hualien (este), donde numerosos edificios e infraestructuras se han visto afectados y al menos dos bloques de viviendas están parcialmente colapsados, con personas y vehículos atrapados en su interior o bajo ellos.
"Me gustaría expresar mi más sentido pésame a las víctimas y espero sinceramente que nuestros amigos de Taiwán estén a salvo", escribió el mandatario japonés en su perfil de la red social X, donde contó que aún está reciente en su memoria el apoyo y "la mano amiga" de Taiwán tras el terremoto de 2011 en el noreste de Japón y más recientemente, el seísmo de Año Nuevo en la península de Noto.
"Ahora nuestros vecinos insulares enfrentan dificultades y Japón está dispuesto a ayudar a Taiwán con todo el apoyo necesario", añadió Kishida, que no facilitó más detalles en el mensaje.
El portavoz gubernamental, Yoshimasa Hayashi, reiteró por su parte en rueda de prensa la voluntad de Tokio de asistir a Taipéi, aunque por el momento el Gobierno nipón no ha recibido ninguna petición al respecto, e informó de que por el momento no se han constatado víctimas o heridas japonesas por el desastre.
El terremoto de este miércoles, el peor registrado en Taiwán desde el seísmo de septiembre de 1999 que dejó 2.416 muertos, ocurrió a las 7.58 hora local taiwanesa (23.58 GMT del martes) en el mar, a 25 kilómetros al sureste del mencionado condado oriental de Hualien.
El terremoto dejó sucesivas réplicas de magnitud considerable, cuyos daños continúan evaluándose, y tanto las autoridades taiwanesas como la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), que también monitoriza los fenómenos sísmicos en la región, han advertido de la posibilidad de terremotos adicionales de magnitud entre 6 y 7 en los próximos días en la misma zona.