"Estamos investigando el origen de la explosión", afirmó en un comunicado el portavoz de FINUL, Andrea Tenenti, quien detalló que tres de los heridos son observadores militares del Grupo de Observación del Líbano (OGL, en inglés) de la ONU para la Supervisión de la Tregua (UNTSO) y el cuarto es un asistente lingüístico libanés.
Según Tenenti, la explosión se produjo cerca de donde se encontraban cuando "patrullaban a pie a lo largo de la Línea Azul", si bien las primeras informaciones publicadas por la Agencia de Noticias Nacional libanesa NNA afirmaban que el ataque -que atribuyó a drones israelíes- se produjo contra "su vehículo militar".
Los heridos "han sido evacuados para recibir tratamiento médico. Los observadores de la OGL (UNTSO) apoyan a la FINUL en el cumplimiento de nuestro mandato", añadió el portavoz, quien reiteró la necesidad de "garantizar la seguridad del personal de la ONU".
Además, hizo un llamamiento a todas las partes implicadas para cesar los "intensos intercambios de disparos actuales antes de que más personas resulten heridas innecesariamente".
El Ejército de Israel emitió un escueto comunicado en el que negó su participación en el suceso y rechazó haber atacado "un vehículo de la FINUL en la zona de Rmeish esta mañana", como informó en un primer momento la NNA.
El incidente se produce un día después de que medios locales informaran de otro ataque selectivo perpetrado supuestamente por Israel contra un automóvil que circulaba por una carretera cercana a la localidad de Bazouriye, también en el sur del Líbano, y que se saldó con al menos un muerto, presuntamente integrante del grupo chií porirani Hizbulá, y un número indeterminado de heridos.
Hace dos días, la misión de paz de la ONU en el Líbano expresó su preocupación por el "aumento de la violencia" fronteriza y reiteró su disposición a apoyar una salida negociada a la crisis, incluyendo a través de reuniones a tres bandas.
A mediados de marzo, el jefe de la FINUL, Aroldo Lázaro, llamó a implementar "al completo" la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel e Hizbulá, enzarzados desde hace cinco meses en sus peores enfrentamientos desde aquel conflicto.
Entre los puntos de esta resolución se encuentra la creación de una zona desmilitarizada en el sur del Líbano, mientras que la principal demanda israelí es que, en cumplimiento de ello, Hizbulá se retire de la franja comprendida entre la frontera de facto común y el río Litani, uno de los principales bastiones del grupo chií en el Líbano.
Esa zona desmilitarizada estipulada por el texto de la ONU es precisamente el área de operaciones de la FINUL, actualmente comandada por España y que desde el estallido de la violencia ha visto como varias de sus instalaciones eran alcanzadas por el fuego cruzado.