El Tribunal Superior de Justicia de Brasil confirmó este miércoles la pena a nueve años de cárcel impuesta en firme en Italia y quedó a un paso de ingresar en prisión en su país.
Robson de Souza (São Vicente, 1984) es cría de una de las fábricas de futbolistas más potentes del mundo: el Santos, de donde emergieron los Pelé, Neymar, Gabigol y Rodrygo, entre muchos otros.
Son los 'meninos da Vila'.
La irrupción de Robinho, un chico delgado y escurridizo por su enorme capacidad de regate, fue una bocanada de aire fresco para un equipo que vagaba desde hace décadas por el desierto.
Debutó con la camiseta albinegra el 24 de marzo de 2002 ante el Guaraní de Campinas en el extinto Torneo Río-São Paulo. Ese mismo año se convirtió en el primer ídolo de la hinchada, siendo fundamental en la consecución del título de Liga de ese año.
Era la primera Liga para el Santos desde los tiempos de Pelé. A partir de ahí la engrasada maquinaria de marketing del fútbol brasileño se puso a funcionar a todo vapor. Pronto le pusieron un mote con gancho: 'O Rei das Pedaladas' ("El rey de las bicicletas").
A ambos lados del Atlántico empezaron a interesarse por este joven negro que empezó a dar sus primeras patadas al balón en un equipo de fútbol sala, el Beira-Mar. Tenía seis años, tres después se fue al modesto Portuários de Santos. Enseguida el Santos le invitó a su equipo de fútbol sala y de ahí saltó al fútbol once.
Bendecido por Pelé
En 1994, el coordinador del departamento amateur del Santos era Pelé. Su misión: identificar futuras estrellas. Rápido se fijó en Robinho.
"Es un jugador que tiene una habilidad tremenda. Es inteligente, de raciocinio rápido. Es de São Vicente, tiene 15 años. Solo necesita prestar una mayor atención a la alimentación", dijo 'O Rei' a una cadena de televisión.
Como muchas grandes estrellas brasileñas, sus orígenes son humildes. Su madre atribuía el cuerpo escuálido de su hijo a que no le gustaba la fruta ni la verdura, según el Santos. De pequeño, llegó a ganarse unos centavos vigilando los automóviles que aparcaban frente al cementerio Parque Bitaru de São Vicente.
Su aparente fragilidad física no le impidió tener un ascenso meteórico en el Santos, con el que logró dos Campeonatos Brasileños (2002 y 2004) y el subcampeonato de la Copa Libertadores de América (2003) en la que el Peixe cayó ante el argentino Boca Juniors, en la primera de sus tres etapas en la entidad paulista, con la que disputó un total de 253 partidos y marcó 111 goles.
Salto al Real Madrid de los Galácticos
Transferido por 30 millones de dólares, en 2005 puso rumbo al Real Madrid, al Madrid de los Galácticos, con Ronaldo, Zidane, Roberto Carlos, Raúl, Casillas, Beckham y compañía.
Se estrenó con la camiseta blanca el 28 de agosto en el campo del Cádiz (1-2). No marcó, pero su debut es recordado por la afición merengue. Destapó toda su magia saliendo desde el banquillo. Sombreros, bicicletas, velocidad endiablada... De todo.
Fue quizá su mejor partido con el conjunto merengue. Después de levantar dos títulos de Liga y una Supercopa de España, el internacional con la Canarinha hizo las maletas para unirse al Manchester City en 2008, sin haber encandilado al Santiago Bernabéu.
En Inglaterra tampoco convenció y se marchó cedido al Santos, con el que volvió a sonreír, conquistando la Copa de Brasil de 2010. Sin espacio en los 'Citizens', fue vendido al AC Milan.
Robinho "humilló brutalmente" a la víctima
Fue en una discoteca de esa ciudad italiana que Robinho, junto con otras cinco personas, violó de forma colectiva a una joven de origen albanés, en enero de 2013, según la sentencia en firme promulgada por el Supremo de ese país en 2022.
Para entonces, Robinho ya se encontraba en Brasil después de pasar por tercera vez por el Santos y militar en el Guangzhou Evergrande chino, el Atlético Mineiro brasileño y los turcos Sivasspor y Basaksehir.
Quiso colgar las botas en el Santos en 2020. Llevaba ya tres años condenado en primera instancia por la Justicia italiana, que dio por comprobado que "humilló brutalmente" a la víctima y desvió voluntariamente las investigaciones.
La directiva anunció el retorno de su hijo pródigo a bombo y platillo, pero la presión de la afición y los patrocinadores fue tan alta, que canceló su fichaje. Desde entonces, Robinho espera la resolución de su destino, desde hoy más cerca de la cárcel.