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Pat Poitevin es experto en combate a los delitos financieros, ética corporativa y exmiembro de la Real Policía Montada de Canadá (policía federal). Llegó a nuestro país en el marco de un proyecto de cooperación con la Fiscalía.
–¿Qué se entiende por corrupción hoy?
–La corrupción tiene muchas definiciones desde la ONU y otras instituciones. Es cuando un individuo o una empresa paga un soborno a un oficial público para obtener un beneficio, beneficio que no debería recibir. La corrupción tiene dos partes: la oferta y la demanda, la persona o la empresa que entrega a las personas un pago y el oficial o público que recibe el soborno y les entrega el interés que no deberían tener. Allí es donde realmente comienza el enriquecimiento ilícito.
–¿En qué consiste el trabajo que realiza con el Ministerio Público?
–El marco de la cooperación, es para ayudar a la Unidad de Delitos Económicos y Anticorrupción (UDEA) y agencias públicas a mejorar sus capacidades para investigar, procesar datos y los delitos financieros. Es aprender cómo aplicar mejores prácticas desde diferentes jurisdicciones como Canadá, Estados Unidos, Europa y otros países para afianzar sus capacidades técnicas de combate a la corrupción, desde una perspectiva más holística, no simplemente presentar el resultado final.
–¿Cómo se la combate?
–Luchar contra la corrupción es un esfuerzo colectivo no se trata solo de investigar la corrupción que ocurría en el pasado. Hoy se apunta a prevenir y detectarla de una manera más efectiva y la única manera de lograrlo es a través de alianzas.
–¿Los delitos económicos pueden llegar a socavar la democracia de un país?
–La corrupción es el combustible de todos los problemas en términos de la decadencia económica y social e impacta en el desarrollo social. Es el alimento del tráfico humano, del crimen organizado y el terrorismo.
Realmente aumenta la desconfianza de la población hacia las instituciones porque no saben si pueden confiar en el sistema, si se van a aplicar las reglas en igualdad de condiciones. Esto pasa en todo el mundo, no solo en Paraguay. Esto “infecta” todas las facetas de la sociedad. Entonces se requiere transparencia.
–¿De qué manera se combate la corrupción y los delitos económico?
–Existen diferentes actores que entran a jugar aquí, pero lo más importante, la clave de esto es poder trabajar de una manera colaborativa, porque para combatir la corrupción no solamente hay que investigarla. Es cómo detectamos esto, cómo lo prevenimos y ese es el papel de la sociedad civil, ese es el papel de la universidad, de los jóvenes, los empresarios, los gobiernos. Esto es un esfuerzo colectivo, para no simplemente investigar la corrupción.
Aquí es donde la educación y la divulgación juegan un papel importante.
–Habla de intercambio de conocimientos. ¿Qué se lleva de Paraguay o de los profesionales con quienes trabajó.
–Ciertos países tienen muchos más desafíos, donde la corrupción es sistémica, es más prevalente. En Canadá tenemos corrupción, pero está más escondida y la población no lo ve tan frecuentemente. En cambio acá, están abiertamente afrontando estos desafíos. Diferentes contextos e intercambiamos información. Por ejemplo, cómo ustedes están superando estos desafíos en Paraguay, qué lecciones podemos aprender de cómo utilizan ciertas técnicas, rutas y maneras para investigar o para recopilar información, y cómo colaboran internamente entre instituciones.
Todos vamos a aprender de un lado y del otro porque los| actores corruptos no tienen límites, no conocen fronteras. Ellos mueven sus dineros y los llevan a diferentes jurisdicciones.
Por eso necesitamos aprender cómo Paraguay está trabajando e intercambiar esa información, porque solamente a nivel colectivo podemos abordar este problema de una manera efectiva.
–¿Qué papel cumple el Poder Judicial en este flagelo?
–El proceso judicial necesita ser fuerte para que tengamos mensajes fuertes, para frenar estas acciones, para que sepan que si cometen esa acción, van a tener consecuencias.
–¿Urge reforzar la legislación para poder combatir con mayor fuerza los delitos transnacionales?
–No se trata simplemente del castigo. Pero sí, necesitamos tener un equilibrio de fortalecimiento, prevención y detección de manera efectiva. También damos participación a la ciudadanía. Alentamos a los actores sociales para que denuncien y hablen, pero tiene que confiar en el sistema, de tal manera que, si hablan, no haya represalias.
–¿De qué manera un ciudadano de calle puede contribuir en el combate a la corrupción?
–Necesitamos educarlos, que tomen conciencia. Pero también hay que hablar con los jóvenes. Hoy en día, están muy conectados a través de las redes, y no aceptan los comportamientos no éticos. Debemos alentarlos para que se involucren.
También, a nivel universitario para que ellos entiendan su rol para crear conciencia. Ellos son los siguientes líderes. Son muy creativos para lograr cambios.
–¿Qué tanto se debe invertir en tecnología para frenar los delitos económicos?
–Uso la tecnología en todo momento, pero acá tenés dos lados, es increíble como herramienta la inteligencia artificial y la analítica de datos son extremadamente poderosas herramientas. Cuando hacemos una auditoría, te puede ayudar a encontrar “una aguja en un pajar”.
Las organizaciones y los gobiernos reconocen que la tecnología, la transformación digital, es obligatoria para alcanzar la transparencia, para rendición de cuentas o para simplemente comunicarnos con la población para que tengan acceso a la información.
“Tenemos valores comunes”
El embajador de Canadá en Buenos Aires, concurrente en Paraguay, Reid Sirrs, expresó que las actuales relaciones con su país “están muy bien. Y son relaciones muy buenas” y “estamos aquí para brindar apoyo técnico, así como lo hacemos con varios países en todo el mundo”.
Ambos países, resaltó, “tenemos valores comunes, como la defensa de los derechos humanos”, y “nos une además la migración canadiense que se afincó aquí, especialmente con los menonitas”.
Consultado sobre qué tienen en común su país con Paraguay explicó que “somos países de recursos naturales, agua, bosques, industria agropecuaria. Somos naciones bilingües guaraní-español, ingles -francés. También tenemos comunidades autóctonas y vecinos muy grandes, económicamente muy grandes con los cuales negociamos frecuentemente. Estamos en posición de hablar, negociar. Tal vez no seamos muy grandes, pero tenemos voz. Apuntamos en el mejoramiento y desarrollo de nuestros países y “no podemos olvidar lo cultural. Estamos aprendiendo un poco de cada lado”.
Mencionó que Paraguay es importante para Canadá por su posición geográfica y sobre todo la estabilidad político-social. “Un país de paz, con una perspectiva muy enfocada. No suelen experimentar cambios abruptos. Y allí entramos para ver cómo podemos promover las cooperaciones”.
Agregó que “se está avanzando muy bien en los programas de apoyo técnico, como el caso de la visita del experto Pat Poitevin”, quien llegó en el marco de una colaboración por iniciativa del Ministerio Público. También, “podemos colaborar con transferencia de conocimientos. Contamos con expertos en tratados de libre comercio (TLC), si precisan”.