La obra, elaborada por el artista estadounidense en 1982 y procedente de una colección privada, se ofreció en una puja dedicada al arte moderno y contemporáneo, con un precio máximo estimado de 1,8 millones de libras (2,1 millones de euros, 2,3 millones de dólares).
Según Phillips, Warhol se inspiró en la fotografía oficial que Lord Snowdon -exmarido de la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel II- le tomó a Diana en 1981, tras su compromiso con el ahora rey Carlos III, por entonces príncipe de Gales y heredero al trono británico.
El pionero del arte pop creó tres versiones más: en rosa, violeta y verde.
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Andy Warhol (1928-1987), que en aquel entonces experimentaba con sus serigrafías, introdujo en este caso color “para resaltar ciertos aspectos de la princesa Diana”, como sus joyas o los bordes de su vestido, dijo a EFE Rossana Vidén, experta en arte contemporáneo de la empresa.
Vidén apuntó que tal vez Warhol, que en su momento declaró que quería ser tan famoso “como la reina de Inglaterra”, eligió el color azul porque “en la historia del arte siempre se ha utilizado para representar a la Virgen María o a personajes importantes.”
“Quizá tuvo una corazonada, o definitivamente sabía en qué celebridad e icono se iba a convertir. Quizá por ello escogió retratarla en un momento tan temprano en su carrera”, afirmó.