Para hacer este famoso retrato, Warhol se inspiró en la instantánea oficial que el fotógrafo Lord Snowdon -exmarido de la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel II- le tomó a la princesa en 1981 tras su compromiso con el ahora rey Carlos III, por entonces príncipe de Gales y heredero al trono británico.
El artista norteamericano creó hasta tres diferentes ejemplos más: uno en rosa, otro en violeta y el tercero en verde.
Warhol (1928-1987) en aquel entonces experimentaba con sus serigrafías, y "en esta pintura también introduce algo de color para resaltar ciertos aspectos de la princesa Diana" como sus joyas o bordes de su vestido, explicó a EFE Rossana Vidén, experta en arte contemporáneo de la casa Phillips.
El cian prominente de su mirada, a juego con el zafiro de su mano de pedida, destaca el fondo que el célebre pintor eligió en esta ocasión.
Dada la capacidad de Warhol para captar sentimientos, como lo hizo con retratos a Marilyn Monroe o Jackie Kennedy, Vidén confesó que quizá el artista "se dio cuenta de que iba a ser un súper icono".
La experta dijo que tal vez Warhol "eligió el color azul porque, en la historia del arte, siempre se ha utilizado para representar a la Virgen María o retratados importantes."
"Quizá tuvo una corazonada, o definitivamente sabía en qué celebridad e icono se iba a convertir. Quizá por ello eligió retratarla en un momento tan temprano en su carrera”, agregó.
El retrato, con un precio de salida de 1,8 millones de libras (2,1 millones de euros) forma parte de una subasta de obras del siglo XX, de más de treinta títulos, entre ellos de Renoir y la sudí Alia Ahmad.