La portavoz adjunta del Gobierno alemán, Christiane Hoffmann, se remitió a una declaración de la ministra de Cultura, Claudia Roth, en la que ha anunciado que revisará estos incidentes junto con el alcalde-gobernador de Berlín, Kai Wegner.
Agregó que Roth buscará asimismo el diálogo con Tricia Tuttle, la nueva directora artística de la Berlinale, que será la responsable del festival a partir de la próxima edición, "para aclarar cómo se puede evitar que algo así vuelva a ocurrir en el futuro".
Subrayó que la ministra calificó las declaraciones que pudieron oírse durante la ceremonia de entrega de los Osos de "terriblemente sesgadas y marcadas por el odio hacia Israel".
"Es inaceptable, esta es la posición del gobierno federal, que no se mencionara el atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre", dijo Hoffmann.
Agregó que el canciller, Olaf Scholz, "comparte que no se puede obviar una posición tan unilateral y que en cualquier debate sobre este tema es importante, por supuesto, tener presente cuál fue el acontecimiento que provocó esta nueva escalada del conflicto", es decir, el ataque de Hamás.
Wegner, por su parte, escribió anoche a través de su cuenta de X que lo ocurrido el sábado durante la gala de la Berlinale "fue una inaceptable relativización" y aseguró que "no hay lugar para el antisemitismo en Berlín", lo cual, agregó "también se aplica a la escena artística".
Expresó su esperanza de que la nueva dirección de la Berlinale garantice que este tipo de incidentes no se repitan.
"Berlín tiene una postura clara cuando se trata de libertad. Berlín está firmemente del lado de Israel. No hay ninguna duda al respecto. Toda la responsabilidad del profundo sufrimiento en Israel y la Franja de Gaza recae en Hamás. Sólo ella tiene en sus manos el poner fin a este sufrimiento al liberar a todos los rehenes y deponer las armas. Aquí no hay lugar para la relativización", agregó.
Las declaraciones de Wegner y de Roth llegaron sólo horas después de que medios, periodistas y políticos alemanes criticaran en sus páginas y en las redes sociales a la industria cultural por lo ocurrido durante la gala, pero también a las autoridades presentes durante la entrega de premios por no reaccionar al instante.
El cineasta y activista palestino Basel Adra, codirector junto a otros tres realizadores del filme ganador al mejor documental, "No Other Land", sobre Cisjordania, exigió en su discurso al recoger el premio que Alemania deje de suministrar armas a Israel.
Agregó que le resultaba difícil celebrar el galardón mientras "decenas de miles de personas están siendo masacradas en Gaza", palabras que fueron recibidas con fuertes aplausos, mientras su colega israelí Yuval Abrahan habló de ocupación y apartheid.
El cineasta y activista estadounidense Ben Russell, codirector junto a Guillaume Cailleau del filme "Direct Action", distinguido como mejor película dentro de la sección Encounters y con una mención especial en la categoría de mejor documental, acusó, ataviado con el pañuelo palestino, de genocidio a Israel, palabras que también fueron aplaudidas.
Únicamente la codirectora de la Berlinale, Marriette Rissenbeek, hizo una alusión a Hamás y llamó a la organización terrorista a que libere a los rehenes, al tiempo que pidió al Gobierno israelí que alivie el sufrimiento de la población civil de Gaza y facilite una pronta paz.