“Le pedimos que confirme que la presencia israelí en los territorios palestinos ocupados es ilegal. Repito, es ilegal. Que la presencia de sus fuerzas de ocupación y sus colonos es ilegal. Y que su ocupación debe llegar a un fin inmediato, total e incondicional”, solicitó Mansour, diplomático palestino nacido en 1947, año de la creación del Estado de Israel.
Mansour intervino este lunes ante la CIJ, que estudia esta semana las consecuencias legales derivadas de las políticas y prácticas de Israel en Palestina, para emitir una opinión consultiva solicitada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2022.
Se trata de un caso previo a la actual guerra israelí en Gaza, que se cobró la vida de unos 28.000 civiles y ha dejado devastada la Franja, con 1,9 millones de desplazados en un territorio habitado por 2,3 millones de civiles.
“Palestina apela a esta Corte para guiar a la comunidad internacional en defensa del derecho internacional, para poner fin a la injusticia y lograr una paz justa y duradera", dijo Mansour ante la Corte.
Y continuó: "Para guiarnos hacia un futuro en el que los niños palestinos sean tratados como niños, no como amenaza demográfica, en el que la identidad del grupo al que pertenecemos no disminuya los derechos humanos a los que todos tenemos derecho. Un futuro en el que ningún palestino o israelí sea asesinado. Un futuro en el que dos Estados vivan lado a lado, en paz y seguridad”, agregó.
El diplomático explicó a la CIJ que los líderes israelíes “ya no sienten la necesidad de ocultar sus intenciones y hablan abiertamente de deshacerse del pueblo palestino de una forma u otra, desafían la ley, y la ley apenas se defiende” y lamentó que el derecho internacional “no haya protegido la infancia de ningún niño palestino, ni ha protegido a sus familias ni a sus comunidades”.
“Somos un pueblo orgulloso y resiliente que ha soportado más agonía de la que le correspondía. Es muy doloroso ser palestino hoy”, lamentó.
Mansour aseguró a los jueces que no les debería “resultar difícil llegar a la conclusión de que la ocupación (israelí) es prolongada, que se ha anexado territorio palestino, que se ha negado su libertad a la libre determinación, y que el pueblo de Palestina ha sido sometido a una discriminación racial sistemática” por parte de Israel.
“La ocupación en sí no puede distinguirse de estas violaciones. No son el resultado de la ocupación, más bien son la base sobre la que descansa la ocupación, arraigada en el objetivo singular e ilegal de mantener el dominio israelí permanente sobre el territorio palestino ocupado y relegar a los palestinos que no ha podido desplazar a un estatus inferior en su propia tierra, privados en perpetuidad de su derecho inalienable”, añadió.