Birol, que intervino en la sesión inaugural de la reunión ministerial en París de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que conmemora su 50 aniversario, quiso hacer hincapié en que las energías limpias están avanzando “más rápido de lo que mucha gente cree”.
Lo ilustró recordando que en 2001, el peso de la energía eólica y solar en la producción mundial de electricidad era del 0,25 %, cuando en tres años su peso relativo va a llegar al 25 %: “Es un crecimiento enorme”.
Explicó que ese tirón de la electricidad renovable, pero también el despegue de la venta de vehículos eléctricos tiene un impacto en la demanda global de combustibles fósiles, que según sus cálculos va a tocar techo antes de que termine esta década.
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El director ejecutivo de la AIE hizo un llamamiento para evitar que haya países que ralenticen o suspendan sus políticas de incentivos de las energías limpias, y entre sus argumentos señaló que perderían la oportunidad de negocio que se está creando.
El desarrollo de las energías limpias con grandes proyecciones
“En diez años, el tamaño del mercado para los fabricantes de tecnologías de energías limpias alcanzará un billón de dólares”, afirmó antes de hacer notar que hay una competencia de los países por tener el liderazgo del sector o por no perder el tren.
Para Birol, de aquí a 2030 tiene que haber una masiva expansión de las tecnologías limpias, lo que incluye la energía solar y eólica, los coches eléctricos, o la energía nuclear para los países que apuestan por ella.
Pero incluso si hay un fuerte impulso de esas soluciones, no será suficiente para poder llegar a la neutralidad en carbono para mediados de siglo porque habrá que contar en 2030 con tecnologías que ahora no están maduras desde el punto de vista técnico o económico. Y eso pasa, según el responsable de la AIE, por “la innovación”.
La reunión del 50 aniversario de la agencia, que se prolonga hasta el miércoles, está copresidida por Irlanda y Francia y cuenta con la presencia de 31 ministros de países miembros y de otros socios, como Colombia, Costa Rica, Egipto, Kenia, Senegal, Singapur y Ucrania.
Entre los invitados especiales, están la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, o la antigua presidenta de Irlanda, Mary Robinson.