Según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), el volcán Masaya mantiene un aumento en el flujo de desgasificación y un leve aumento del nivel del lago de lava.
“Los sismogramas muestran que se mantiene leve micro-sismicidad, que genera pequeños derrumbes dentro del volcán”, indicó el Ineter.
Esa actividad hasta el momento se considera de baja intensidad, precisaron las autoridades, que mantuvieron, sin embargo, la recomendación de disminuir el tiempo de permanencia y el número de personas en el mirador número 1 de la ‘Plaza Oviedo’ del volcán Masaya, cuyo cráter, llamado Santiago, tiene un lago de lava activo.
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El lago de lava, apodado ‘La boca del infierno’, hierve a más de 1.093,3 grados Celsius. El volcán Masaya emite más de 330.000 toneladas de dióxido de carbono cada año.
Nicaragua pide disminuir el tiempo de visita en un volcán de fácil acceso
El lago de lava del volcán, uno de los más activos de América, atrae a miles de personas cada año, tanto por la rareza del fenómeno como por su fácil acceso, ya que se encuentra a 23 kilómetros de Managua y los turistas pueden alcanzar el borde del cráter en automóvil.
El volcán Masaya está situado en el Parque Nacional del mismo nombre, que está rodeado por un bosque tropical seco que crece entre las rocas porosas de antiguas erupciones.
Según estadísticas oficiales, unos 140.000 turistas visitan cada año el Parque Nacional Volcán Masaya, cuyo principal atractivo es llegar al borde del cráter activo.
Desde 1520 se ha registrado al menos 18 diferentes actividades en Masaya, incluidas erupciones volcánicas en 1772 y 1820, de acuerdo con la información oficial.