El presidente argentino, Javier Milei, ha iniciado una nueva etapa con el papa Francisco, que le recibió hoy en el Vaticano, y tras reconocer que se ha visto obligado a “reconsiderar algunas posiciones”, que le llevaron a atacar con dureza al pontífice, ahora han empezado a “construir un vínculo positivo” porque ha “comprendido” que es “el líder de los católicos en el mundo”.
Milei, que llegó a calificar a Francisco de “representante del Maligno en la Tierra” en la campaña electoral, reconoció este lunes en una entrevista televisiva durante su visita a Italia y el Vaticano que ha “comprendido en estos últimos tiempos, entre otras cosas, que el papa es la persona argentina más importante de toda Argentina”.
Cara a cara, una hora
El cara a cara entre el papa y el mandatario, que ya este domingo quiso dar un abrazo a Francisco durante la canonización de la primera santa argentina, comenzó a las 09.00 (08.00 GMT) y duró una hora, tras lo cual se produjo el saludo de la delegación, en la que figuraba Karina Milei, su hermana y secretaria general de la Presidencia.
La reunión, a la que Milei llegó con algo de retraso porque en el camino se detuvo frente a la embajada argentina para hacerse una foto con algunos compatriotas, fue algo más larga que las que mantuvo con anteriores mandatarios de su país, como Alberto Fernández, durante unos 40 minutos, o con Mauricio Macri, que rondó también la hora, aunque la primera había sido sólo de 20 minutos.
Con Cristina Fernández, el pontífice tuvo hasta siete encuentros dentro y fuera del Vaticano y el 17 de marzo de 2014 almorzó con Francisco durante cerca de tres horas.
Milei, que le regaló al papa sus alfajores de dulce de leche y galletitas de limón preferidas, dijo a la entrada en la biblioteca: "No me tenía en esta tarea, pero si usted me lo pide...", según el video distribuido por el Vaticano.
Después la delegación argentina se reunió con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el secretario para las Relaciones con los Estados, Richard Gallagher, para abordar "el programa del nuevo Gobierno para enfrentar la crisis económica" y del "compromiso por la paz entre las naciones".
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Durante "las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado" también "se abordaron varios temas internacionales, en particular los conflictos actuales y el compromiso por la paz entre las naciones", añade la escueta nota vaticana en la que sólo se informó de los temas tratados con la Secretaría de Estado.
El mandatario argentino estuvo acompañado también por la ministra de Exteriores, Diana Mondino; el titular de Interior, Guillermo Francos; la responsable de Capital Humano, Sandra Pettovello; el secretario de Culto, Francisco Sánchez, y el embajador en Israel, el rabino Axel Wahnish.
Antes de salir del Vaticano, Milei y la delegación argentina pudieron visitar la Capilla Sixtina.
El Estado
Tras las reuniones en el Vaticano, Milei fue recibido por el jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia italiana, en un reunión en la que participó también el ministro de Exteriores, Antonio Tajani.
Y después se encontró con la primera ministra italiana, la utraderechista Giorgia Meloni, que fue la primera mandataria europea en felicitarlo por su victoria electoral y con la que hoy se vieron numerosos gestos de complicidad tras ser recibido con un piquete de honor en el Palacio Chigi.
Después, ambos se reunieron a puerta cerrada y en el encuentro analizaron formas de "profundizar la relación bilateral entre ambos países y desarrollar una agenda de trabajo conjunta", según el Gobierno italiano, que no ha dado más detalles.
Mientras estaban reunidos, comenzaron a salir algunos avances de una entrevista que se transmitirá esta noche en el programa "Quarta Reppublica" de la cadena Retequattro, en la que Milei asegura "el Estado es el enemigo" y el comunismo, "una enfermedad del alma".
“Filosóficamente soy anarcocapitalista y por lo tanto siento un profundo desprecio por el Estado. Creo que el Estado es el enemigo, creo que el Estado es una asociación criminal”, dice Milei, que se define como católico aunque también “practica un poco el judaísmo”.