“La homosexualidad no es un derecho humano” y “patria - religión - familia”, se podía leer en algunas de las pancartas que levantaron los manifestantes frente al Parlamento de Grecia en la plaza Syntagma, muchos de los cuales portaban banderas griegas e imágenes de santos.
La movilización fue convocada por organizaciones y grupos ultraortodoxos que señalan en su llamamiento que la legalización del matrimonio homosexual “sodomizará la sociedad griega” y que no van a convertirse en “cómplices de un crimen contra niños inocentes”.
Además de legalizar el matrimonio entre dos personas "independientemente de su sexo", el proyecto permitirá a las parejas homosexuales a adoptar hijos.
Según la policía griega, unas 4.000 personas participaron en la protesta de hoy.
El primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha defendido la reforma al señalar que "no es aceptable que existan ciudadanos con menos derechos que otros".
La influyente Iglesia Ortodoxa de Grecia se ha opuesto de manera contundente a la ley, si bien ha decidido no convocar manifestaciones de fieles contra el proyecto.
Numerosos diputados de la gobernante y conservadora Nueva Democracia (ND) de Mitsotakis, incluyendo algunos de sus ministros y viceministros, han anunciado que votarán en contra de la ley o se abstendrán.
No obstante, se espera que el proyecto sea aprobado el jueves próximo, ya que varios partidos opositores han señalado que votarán a favor.
Si la ley es aprobada, Grecia se convertirá en el primer país cristiano-ortodoxo del mundo que permitirá el matrimonio homosexual.