Desde el 1 de enero, Brasil ha registrado 345.235 casos de dengue con 36 fallecimientos confirmados, a los que se suman 234 muertes en investigación, según los datos oficiales.
En Brasilia, la región con una mayor incidencia del país, la Fuerza Aérea instaló el lunes un hospital que atendió en el día de su inauguración a 254 personas y este martes había largas filas de pacientes que aguardaban a ser atendidos.
La Alcaldía de Río de Janeiro, donde el lunes se declaró el estado de emergencia de salud pública, inauguró este martes un centro de atención especializado con exámenes de diagnóstico y tratamiento del dengue en una policlínica.
Según el secretario municipal de Salud, Daniel Soranz, la previsión es que hasta el viernes se inauguren un total de diez centros similares en la ciudad, con una capacidad de atención para 1.200 pacientes.
São Paulo, el estado más poblado del país, anunció este martes la transferencia de 200 millones de reales (unos 40,3 millones de dólares) a las alcaldías para combatir el dengue y anunció la creación de un centro de emergencia, para coordinar las acciones entre los organismos implicados.
El Gobierno regional suministró igualmente más de 600 equipos de nebulización y movilizó a la Defensa Civil para visitar escuelas y residencias en situación de riesgo.
La ministra de Salud, Nísia Trindade, tiene previsto hacer un pronunciamiento en la noche de este martes en cadena nacional para hablar sobre el dengue.
El pasado sábado, la ministra negó que el país esté en una situación de emergencia nacional, pues a su juicio solo hay cuadros epidémicos en algunas regiones.
El crecimiento de los casos se produce en vísperas de que el Ministerio de Salud empiece a distribuir los primeros lotes de la vacuna contra el dengue desarrollada por el laboratorio japonés Takeda.