Da Silva despidió al número dos de los servicios de inteligencia del país. La decisión tuvo lugar en momentos en que la Policía Federal de Brasil investiga al director adjunto de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Alessandro Moretti, por presuntamente ser parte de una red de espionaje ilegal para favorecer al expresidente Jair Bolsonaro y a personas de su entorno más cercano.
El lunes pasado, la policía cumplió nueve órdenes de allanamiento en varios estados de Brasil, entre las cuales registró la vivienda y la oficina de Carlos Bolsonaro, legislador en Río de Janeiro y el segundo de los cuatro hijos varones del expresidente de extrema derecha.
Los agentes también allanaron una residencia donde se encontraba Jair Bolsonaro y sus tres hijos mayores en Angra dos Reis, ciudad balneario ubicada a unos 150 km de Río.
Los investigadores sospechan que la agencia utilizó un software israelí llamado FirstMile, que rastrea datos de geolocalización de teléfonos inteligentes, para escuchar ilegalmente a cientos de políticos y figuras públicas durante la presidencia de Bolsonaro.