La huelga afectará de forma significativa el tráfico del aeropuerto de Helsinki-Vantaa y las operaciones de Finnair en general, por lo que sólo despegarán vuelos aislados, informó la aerolínea en un comunicado.
"Hemos dado a los clientes la oportunidad de canjear sus vuelos por vuelos de Finnair en otros días y más de 35.000 clientes han hecho uso de esta oportunidad", declaró Jari Paajanen, director del centro operativo de Finnair.
"Es realmente desafortunado que una huelga política tenga un impacto tan significativo para los viajes de nuestros clientes", agregó, haciendo alusión a que la huelga no se dirige contra Finnair sino contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno finlandés.
Finavia, que opera la mayoría de aeropuertos del país nórdico, ha anunciado que la huelga causará restricciones en los aeropuertos de Helsinki-Vantaa, Ivalo, Jyväskylä, Kittilä, Juopio, Kuussamo, Oulu, Rovaniemi, Tampere-Pirkkala, Turku y Vaasa, mientras que los de Joensuu, Kajaani, Kemi-Tornio, Kokkola-Pietarsaari, Pori y Savonlinna permanecerán cerrados por completo.
El sindicato del sector público JHL ha convocado paros en sectores como el transporte aéreo y ferroviario, así como el transporte público y la energía los días 1 y 2 de febrero, mientras que otros sindicatos menores se están uniendo a las movilizaciones para protestar contra las políticas del Gobierno de derecha.
El primer ministro conservador, Petteri Orpo, ha declarado su intención de mejorar la “competitividad” internacional de Finlandia con cambios a las reglas de negociación de los convenios colectivos y de “explorar” posibles vías para evitar protestas laborales.