El Ejecutivo israelí "debería fomentar la emigración voluntaria" entre los 2,3 millones de palestinos del enclave, repitió Ben Gvir en una evento en Jerusalén organizado por grupos de ultraderecha donde tomaron parte otros ministros y diputados de la coalición de Gobierno derechista encabezada por Benjamín Netanyahu.
"Debemos alentarlos a que se vayan", agregó Ben Gvir, que citó la Torá e instó a volver a establecer asentamientos israelíes en Gaza, de donde Israel retiró a todas sus colonias en 2005.
También aseguró dirigirse a su socio de Gobierno, Netanyahu, para hacer su reclamo, y aseguró que "sería una pena esperar otros 15 años" para la vuelta de los colonos israelíes en la Franja.
"Es el momento de regresar a casa, de construir colonias" en Gaza, así como de establecer "la pena de muerte para terroristas", agregó la actual máxima referencia de la ultraderecha supremacista judía israelí, también residente colono en Cisjordania, y que desde hace meses presiona para la recolonización del enclave palestino, donde sigue la guerra contra Hamás que estalló el 7 de octubre.
En el acto, sus organizadores presentaron detalles de planes para asentamientos, mapas y posibles fases para su construcción, y otro de los que tomó parte en el evento fue el ministro de Finanzas, el también ultraderechista Bezalel Smotrich, que apeló a su vez a la recolonización de la Franja.
"Debemos asegurarnos (de que los israelíes) regresen" a Gaza "como colonos para proteger al pueblo de Israel", declaró Smotrich.
Según prensa, varios parlamentarios derechistas y religiosos de la coalición gubernamental de Netanyahu asistieron al evento, mientras que el primer ministro reiteró este fin de semana su rechazo a construir nuevos asentamientos en Gaza.
El líder de la oposición israelí, el centrista Yair Lapid, dijo que el acto de este domingo era "una vergüenza para Netanyahu", y le acusó de "ser arrastrado sin rumbo por los extremistas".
Según alegó a través de su cuenta en la red social X, eventos como el de hoy dañan la imagen de Israel "a nivel internacional".
"Supone un daño a un posible acuerdo, pone en peligro a los soldados del Ejército israelí" y "es una irresponsabilidad terrible" por parte de un Gobierno "no cualificado", aseguró Lapid.