“Cuba apoyará siempre la defensa de la unidad dentro de nuestra rica diversidad, unidos en los legítimos intereses de nuestros pueblos seremos más fuertes y nuestra voz será escuchada”, afirmó el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés, durante su discurso en la ceremonia inaugural en la capital ugandesa.
"Ha sido un motivo de orgullo y honor para Cuba presidir por primera vez el G77 + China", añadió Valdés, que, en nombre de su país, entregó la presidencia rotatoria de la organización al presidente de Uganda, Yoweri Museveni.
Museveni, que también dio un discurso en la ceremonia inaugural, puso el énfasis en el lema de esta cumbre, "Sin dejar a nadie atrás".
“Estamos reunidos en un momento en el que los países en desarrollo siguen enfrentando múltiples desafíos globales que socavan nuestros esfuerzos nacionales y colectivos para lograr el desarrollo sostenible y nuestras aspiraciones de desarrollo nacional”, aseguró el mandatario ugandés.
Para superar esos obstáculos, Museveni exigió, como Valdés, la unidad del grupo.
China estuvo representada por el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y viceprimer ministro, Liu Gouzhong, que pidió "renovar nuestros esfuerzos para crear una asociación de desarrollo igualitaria, equilibrada e inclusiva y contruir un futuro mejor para la humanidad".
Liu enfatizó que la cooperación sur-sur será una "prioridad" para China en su relación con otros países, y calificó de "imparable" el crecimiento de los países del sur global, que en la actualidad representan "la mitad de la economía global y el 42 % del comercio" mundial.
También participó en la cumbre el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, que remó en la misma dirección del resto de los líderes que hablaron en la inauguración del foro.
Así, Guterres señaló que la unidad del sur global es esencial para construir "un mundo sostenible, pacífico y justo para todos".
El G77 + China "ha sido un motor de la cooperación y el desarrollo sur-sur, sacado a millones de personas de la pobreza y proporcionado una voz poderosa para los países en desarrollo en el escenario mundial”, destacó el jefe de la ONU.
Una reforma de las Naciones Unidas
Otro de los asuntos que marcó esta primera jornada de la cumbre fue la posible renovación de las Naciones Unidas, su Consejo de Seguridad y otros organismos como las instituciones financieras internacionales.
Tanto Valdés como Liu instaron al grupo a pujar por las reformas que permitan que el sur global esté mejor representado en esas instituciones internacionales.
Guterres se sumó a esa petición, alegando que el Consejo de Seguridad de la ONU "está paralizado por las divisiones geopolíticas" y su composición "no refleja la realidad del mundo actual".
"Es necesario reformarlo", aseguró el ex primer ministro portugués.
La cumbre, que se clausurará este lunes, persigue dar un nuevo impulso a la cooperación sur-sur y fijar la postura de los países del G77 + China sobre las crisis internacionales.
Se celebra en un momento en el que, frente a crisis internacionales como la guerra de Israel y Hamás en la Franja de Gaza o el conflicto de Rusia en Ucrania, muchos países del sur global exigen más voz en los organismos internacionales.
El G77 + China está considerado la mayor coalición de países del sur global e integra a 134 países, incluido el gigante asiático.
El grupo, fundado en junio de 1964 con 77 países en desarrollo signatarios, busca ser una plataforma para que las naciones del sur global promuevan sus intereses económicos colectivos y mejoren su capacidad de negociación conjunta ante otros bloques de Estados.
El foro de Kampala empezó un día después de la clausura de la XIX Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), que también se celebró en la capital ugandesa y atrajo a 24 jefes de Estado y de Gobierno, sobre todo de África.
Estas dos cumbres son de las más grandes que Uganda ha organizado después de la de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) en 2007.