“Nos oponemos”, dijo en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, después de que el equipo legal del medio de comunicación viajara a La Haya (Países Bajos) para pedir que la CPI incluya el caso de Akleh en su investigación por crímenes de guerra en Palestina.
"Mantenemos nuestras objeciones a que la CPI investigue la situación palestina. La CPI debe centrarse en su misión, que es servir como tribunal de última instancia y disuadir los crímenes atroces", añadió Price.
El portavoz subrayó que Estados Unidos ha expresado públicamente sus condolencias por la muerte de Akleh, quien también era ciudadana estadounidense, y la recordó como una "reportera intrépida" cuyo trabajo era conocido por todo el mundo.
En septiembre, Israel divulgó las conclusiones de su propia pesquisa interna, y admitió que su Ejército pudo haber disparado "por error" a la periodista, pero anunció que no abrirá una investigación criminal, al asegurar que sus tropas actuaron correctamente mientras recibían disparos por parte de milicianos palestinos.
Sin embargo, testigos presenciales aseguran que no había milicianos palestinos en la zona donde estaba la reportera, e investigaciones independientes de medios así como de ONG palestinas e israelíes determinaron que fue asesinada por un disparo en la cabeza de las tropas de Israel.
La investigación oficial de la Autoridad Nacional Palestina -que incluyó un examen forense de la bala letal- llegó a afirmar que el disparo "fue deliberado", ya que no había ninguna amenaza donde se encontraba Abu Akleh, identificada con chaleco azul de prensa.