A raíz de una protesta pacífica convocada la víspera por la Policía y otros efectivos de seguridad, algunos malhechores aprovecharon la situación para realizar saqueos en Port Moresby, la capital, y la ciudad de Lae, la segunda más poblada del país.
Conforme al último balance publicado por la policía metropolitana de Lae, ocho personas murieron en la capital y siete en Lae, recoge el canal público australiano ABC.
"El servicio de ambulancia ha recibido un gran número de llamadas de emergencia en la capital relacionadas con tiroteos y personas heridas en una explosión", subrayó en su perfil de Facebook el servicio de emergencia Saint John Papúa Nueva Guinea".
Vídeos colgados en las redes sociales muestran almacenes envueltos en llamas y grandes multitudes de personas participando en saqueos, que se han expandido a otras regiones y duraron hasta altas horas de la noche, según el periódico local Post-Courier.
Antes de los disturbios, unos 200 policías, oficiales del Ejército y los servicios penitenciarios en huelga entraron en el Parlamento de manera pacífica durante una manifestación para protestar por la subida impositiva a los salarios de los funcionarios.
Los saqueadores y oportunistas aprovecharon la escasa situación de seguridad para desatar el caos.
El primer ministro, James Marape, insistió esta mañana en un acto con los medios en pedir a la población que no "salga a la calle y hagan todo lo que quieran" y subrayó que es imperativo que el país restaure la seguridad al remarcar que abrirán una investigación para depurar responsabilidades sobre los sucedido.
"Ayer la policía no estaba trabajando en la ciudad y la gente recurrió a la anarquía", agregó.
Ante la tensa situación, Marape autorizó el miércoles al personal de Defensa a que "asista a la policía en la restauración del orden" en el país.
Efectivos castrenses pedían calma hoy a una muchedumbre congregada en Lae, tras cortar calles y cerrar varios edificios oficiales de la ciudad, según el vídeo colgado por Post-Courier.
Papúa Nueva Guinea, una nación rica en recursos que tiene a una gran parte de sus doce millones de habitantes en extrema pobreza, está aislada por los problemas de comunicaciones, especialmente en áreas remotas en donde falta la seguridad, así como los servicios básicos de salud y educación.
Independizada de Australia en 1975, este país -cuyo Gobierno firmó en diciembre pasado un acuerdo de seguridad con Camberra que incluye ayudas financieras para modernizar sus fuerzas policiales- también tiene una larga historia de intrigas políticas, corrupción y conflictos internos.