El documento, publicado hoy por el diario Gazeta Wyborcza, analiza la actividad migratoria ilegal en la frontera bielorrusa en los primeros nueve meses de 2023 y concluye que, a pesar del muro recientemente construido, más de 30.000 personas consiguieron cruzar ilegalmente desde Bielorrusia de los cuales al menos 13.000 atravesaron toda Polonia y llegaron hasta Alemania.
En el informe se puede leer que la barrera "no impidió el paso de ilegales en el 60% de los casos, y esto es un cálculo optimista pues algunos consiguen pasar el muro varias veces" en lo que se denominan "infiltraciones observadas" pero no interceptadas.
Entre enero y septiembre de 2023 se detuvo en Polonia a 17.488 personas que intentaron cruzar ilegalmente desde Bielorrusia.
Polonia gastó unos 400 millones de euros en levantar una barrera a lo largo de 186 de los aproximadamente 400 kilómetros de frontera que comparte con Bielorrusia.
La construcción, dotada con sofisticadas medidas electrónicas, miles de cámaras con visión nocturna y el apoyo de drones, fue completada en mayo de 2022 para frenar la oleada de migración ilegal que comenzó a finales de 2021, cuando miles de personas trataron de entrar irregularmente a Polonia en lo que Varsovia llamó "una guerra híbrida auspiciada por Minsk".
Además del muro, Polonia confía la vigilancia de su frontera a un contingente de 4.000 soldados y un número variable de miembros de la Guardia Fronteriza, así como voluntarios de las Fuerzas de Defensa Territorial y se estima que el número total de efectivos ronda los 10.000.
Por otra parte, en el informe de la Oficina Analítica y Situacional del Cuartel General de la Guardia Fronteriza polaca, que se apoya en datos del Sistema Europeo de Vigilancia de Fronteras Eurosur, admite la existencia de al menos 3.000 casos de "devoluciones en caliente", situaciones en las que se expulsa a inmigrantes ilegales sin evaluar su situación y sin dejar constancia escrita.