"Es una situación de capacidad completa y tenemos que encontrar una respuesta", dijo el superintendente Hugo Palma, director del Departamento de Gestión Integrada de Fronteras, en declaraciones divulgadas este jueves por medios locales.
Los tres centros de acogida situados en los principales aeropuertos de Portugal (Lisboa, Oporto y Faro) están llenos y por ello hay solicitantes de asilo que permanecen en la zona internacional, con escaso acceso a las instalaciones para poder asearse.
La PSP, que señala que hay dos o tres solicitudes diarias, espera además que la situación empeore "en los próximos tiempos".
"Esperemos no tener que esperar al próximo Gobierno para tener una solución", aseveró Palma, que explicó que ha informado al Ministerio de Administración Interna pero no obtuvo respuesta.
La PSP asumió a finales de octubre las funciones policiales de control fronterizo tras la disolución del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF).
Los ciudadanos que solicitan asilo a su llegada al aeropuerto quedan retenidos por la PSP hasta que una nueva entidad, la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo (AIMA).
La extinción del SEF fue acelerada por la muerte de un ciudadano ucraniano en 2020 en el aeropuerto de Lisboa a manos de tres inspectores de ese cuerpo, que fueron condenados a nueve años de prisión.