El papa pidió a los empleados vaticanos y a sus familias que miren en sus casas “la sencillez del belén” y deseó a las familias y a sus hijos un estilo de vida basado (...) “en lo oculto y lo pequeño”.
Para contrarrestar así, dijo, "una época que a veces parece obsesionada con la apariencia, todo el mundo intenta exhibirse: es la época del maquillaje, no sólo de la cara sino también del alma, y esto es malo, sobre todo a través de las llamadas redes sociales".
"Es un poco como querer copas de cristal valiosas sin preocuparse de si el vino es bueno. Pero en la familia las apariencias y las máscaras no cuentan, o en todo caso no duran mucho; lo que importa es que no falte el buen vino del amor, la ternura y la comprensión mutua", explicó.
Y agregó: “Y el amor –lo sabemos bien– no hace ruido. Lo vivimos en lo oculto y en la pequeñez de los gestos cotidianos, en la atención que sabemos intercambiar”.
“Esto es lo que os deseo: que estéis atentos, en vuestras casas y en vuestras familias, a las pequeñas cosas de cada día, a los pequeños gestos de gratitud, a la consideración del cuidado. Mirando el belén podemos imaginar la preocupación y la ternura de María y José por el niño que nacía. Quiero desearte este estilo”, añadió.