Hasta ayer, la tasa de referencia de política monetaria era la aplicada a las Letras de Liquidez (Leliq) emitidas por el Banco Central y colocadas a 28 días entre los bancos comerciales como mecanismo de absorción de liquidez, cuya tasa de interés actual es del 133% nominal anual.
Pero el directorio del Banco Central ha decidido que desde este martes su tasa de interés de política monetaria pasará a ser la aplicada a los Pases Pasivos, otro tipo de instrumentos colocados entre los bancos comerciales pero a un día de plazo y cuya tasa fue rebajada el 13 de diciembre pasado al 100% nominal anual -desde el 126% anterior-.
La autoridad monetaria también decidió dejar de realizar licitaciones de Leliq a futuro, "pasando a ser las operaciones de pases pasivos su principal instrumento de absorción de excedentes monetarios", indica el comunicado.
"Al centralizar sus operaciones en un solo instrumento, y al ser su tasa de política la única tasa de interés de referencia, se busca hacer más clara la señal de política monetaria y fortalecer su transmisión al resto de las tasas de interés de la economía", explicó la entidad.
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En el contexto de un excedente significativo de liquidez y de elevada inflación -del 160,9% interanual en noviembre y en marcada aceleración en diciembre-, el directorio del Banco Central consideró además “prudente” mantener una tasa de interés “mínima” para los depósitos a plazo fijo, que decidió establecer en 110% nominal anual.
El nuevo Gobierno de Javier Milei se ha propuesto reducir los pasivos remunerados del Banco Central -Leliq y Pases Pasivos- pues los intereses que devengan estos instrumentos son un factor expansivo de la base monetaria y, por tanto, inflacionario.
Hasta hace un mes, la preocupación del ahora presidente Milei era la "bomba de Leliq" y cómo desarmarla sin provocar una hiperinflación.
Pero la masa de Leliq se ha reducido en las últimas semanas, hasta los 3.500 billones de pesos (4.255 millones de dólares), en detrimento de los Pases Pasivos, que ascienden a unos 21.700 billones de pesos (26.383 millones de dólares), según datos del consultores privados.
Analistas del sector consideran que con estas decisiones las nuevas autoridades argentinas buscan incentivar a los bancos comerciales a destinar la liquidez de pesos a instrumentos del Tesoro de más largo plazo.