Macron, que realizó una visita a Notre Dame justo un año antes de la reapertura al público, se felicitó en declaraciones a los medios de que “cumplimos los plazos” de la reconstrucción tras el incendio que sufrió la catedral el 15 de abril de 2019.
Señaló que el nuevo “museo de la obra de Notre Dame” estará en el Hôtel Dieu, un hospital que se encuentra a pocas decenas de metros de distancia para cuyo acondicionamiento hay discusiones entre los ministerios de Sanidad y Cultura.
Será un museo de historia, pero también servirá para contar las diversas obras y modificaciones que se han llevado a cabo a lo largo del tiempo en este edificio religioso que antes del incendio era uno de los más visitados de París por los turistas, con más de 12 millones anuales.
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Macron indicó, por otra parte, que se lanzará un concurso para que artistas contemporáneos realicen con un diseño figurativo los seis vitrales de las aperturas sur de Notre Dame, que así tendrá “la marca del siglo XXI”.
Macron anuncia un museo de Notre Dame y la nueva aguja
El presidente subió por los andamios que están instalados para las obras hasta la nueva aguja que se ha instalado en el punto más alto, a 96 metros de altura.
Dijo que eso ha sido posible gracias al que fue el responsable de la reconstrucción hasta su muerte en agosto pasado en un accidente de montaña en los Pirineos, el general Jean-Louis Georgelin, al que rindió un breve homenaje.
Sobre la aguja, Macron precisó que el gallo que formaba parte de la aguja de origen destruida en el incendio de 2019, y que sí se pudo recuperar y ha sido restaurado, se colocará en los próximos días.
Y al ser preguntado por la polémica utilización de plomo para reconstruir la aguja de forma idéntica a la original, después de que asociaciones de vecinos y ONG ecologistas hayan advertido de riesgos sanitarios por su carácter contaminante, lo justificó.
Aseguró que “ha habido una gran exigencia sobre la cuestión del plomo” y que durante las obras “se han tomado todas las medidas” necesarias para la seguridad de los trabajadores, con “un gran profesionalismo en cada minuto”. Añadió que las decisiones para recurrir una vez más al plomo son “coherentes” desde el punto de vista arquitectónico.