“Si bien la prohibición por parte de los talibanes de la educación secundaria y superior para niñas y mujeres ha acaparado los titulares, las violaciones de derechos se extienden más allá” se lee en un informe publicado este miércoles por la ONG.
El reporte ‘Las escuelas también están fallando a los niños: el impacto de los talibanes en la educación de los niños en Afganistán”, evidencia nuevas barreras para los menores en su aprendizaje que han provocado que muchos de ellos hayan dejado de acudir a clase.
Los castigos corporales por infracciones en el peinado o en la manera de vestir son algunas de las prácticas abusivas cada vez más habituales en los colegios de Afganistán, según relatan los propios estudiantes.
“Me golpearon y humillaron gravemente durante la asamblea de la mañana delante de todos, una vez por llevar un teléfono móvil y la segunda por mi peinado. Me cortaron el pelo diciendo que parecía de 'estilo occidental', y después de eso, me castigaron con azotes en los pies”, dijo en el informe uno de estos niños, Abdul R.
A esta violencia física se suma la falta de profesores por la prohibición de que las mujeres puedan seguir impartiendo clases, lo que provoca que muchas escuelas hayan echado mano de educadores sin experiencia ni los conocimientos requeridos, o que en ocasiones las aulas estén repletas de alumnos sin ningún maestro a su cargo.
Una escasez que, unida al desinterés de los talibanes por impartir determinadas asignaturas, han provocado que el plan de estudios se vea gravemente reducido, según HRW.
“De 14 materias, (ahora) solo tenemos maestros para 7 asignaturas", dijo un estudiante de unos 16 años, Muhammad A, que detalló que las materias eliminadas incluían varias del ámbito científico, como Física, Biología, o Informática, además de Educación Física, Inglés o Arte.
Expertos en educación afirmaron a EFE que este deterioro de las escuelas coincide con un repunte de seminarios desde el ascenso de los talibanes al poder en agosto de 2021.
“La motivación y la mayoría de las oportunidades de empleo gubernamentales se abrieron para los estudiantes de los seminarios talibanes, lo que provocó la decepción de los estudiantes de las escuelas”, dijo a EFE el ex viceministro de Educación, Ahmad Nazir.
La llegada al poder de los talibanes convirtió a Afganistán en el único país del mundo que veta a las mujeres de la educación superior.
Sin embargo, su exclusión no solo del sistema educativo, sino de la mayoría de ámbitos de la sociedad, también ha ejercido presión sobre los niños, agregó el informe, puesto que los ha convertido en las únicas fuentes de ingresos para muchas familias, forzando a muchos a abandonar el colegio para comenzar a trabajar.
“En mi escuela, la mayoría de los niños de entre 14 y 17 años abandonaron la escuela para trabajar dentro del país o cruzaron ilegalmente la frontera hacia Irán o Pakistán. Si esto continúa así, nuestro colegio cerrará”, lamentó Abdul S. de 15 años.