Las autoridades francesas los habían puesto bajo custodia policial el domingo, un procedimiento habitual con las personas cercanas a los autores en los casos sospechosos de terrorismo yihadista.
Fuentes de la Fiscalía Antiterrorista de París confirmaron a la televisión pública Franceinfo que los padres quedaron en libertad a última hora de la jornada de hoy, pero permanece en detención provisional -que en casos de terrorismo en Francia puede extenderse hasta las 144 horas (6 días)- otra persona del entorno de Rajabpour-Miyandoab.
El presunto asesino, que también continúa arrestado, es un joven francés de origen iraní que había sido condenado en 2018 a cinco años de cárcel por preparar un atentado terrorista y, al salir de la cárcel, fue objeto de un seguimiento judicial y psiquiátrico mientras eso fue posible legalmente.
Los servicios secretos lo mantenían bajo su radar y en los últimos meses su madre advirtió de que, después de que su hijo hubiera abandonado el tratamiento psiquiátrico, le preocupaba su estado.
Por ello, la Policía le propuso a la madre que pidiera su internamiento, pero finalmente esta no quiso.
A ese respecto, el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, reconoció hoy errores de seguimiento del sospechoso y anunció cambios en la legislación para poder imponer un examen psiquiátrico en casos similares.
Los medios locales han filtrado que el sospechoso dejó un vídeo de reivindicación del ataque en el que decía pertenecer al Estado Islámico y que ha declarado actuar en respuesta a la persecución de los musulmanes en el mundo.
Este nuevo ataque terrorista se ha producido a ocho meses del inicio de los Juegos Olímpicos de París y en uno de los puntos más visitados por los turistas de la capital francesa.
Los organizadores de los Juegos Olímpicos, en un mensaje a EFE, insistieron hoy en que la seguridad de todos está “en el centro de las prioridades”, puesto que es “la condición de una gran fiesta abierta y popular”.