La mayoría de los drones tenían como objetivo la región occidental de Jmelnitski, en la que Rusia ha intentado alcanzar en numerosas ocasiones durante la guerra una importante base aérea ucraniana.
También se han derribado shaheds sobre el territorio de los óblasts de Odesa, Mikoláyiv, Jersón (sur), Zaporiyia (sureste), Dnipropetrovsk (centro) y Kiev (norte).
Los drones fueron lanzados una vez más desde Primorsko-Ajtarsk, en el extremo suroccidental de la Federación Rusa y muy cerca de la península del Mar Negro de Crimea.
Gracias, en parte a la creación de grupos móviles dotados de armamento relativamente ligero para derribarlos, Ucrania ha desarrollado una alta efectividad a la hora de interceptar drones Shahed, los aparatos de bajo coste desarrollados por Irán con que Rusia ataca cada noche infraestructuras enemigas mientras trata de agotar las defensas ucranianas.
En las últimas horas, el Ejército ucraniano también ha interceptado dos misiles aéreos guiados Kh-59 de los tres que los rusos habían lanzado, desde la Jersón ocupada, contra la región sureña de Mikoláyiv.
A diferencia de otros tipos de armamento, que requieren del avión que lo lanza acercarse al objetivo, este tipo de misiles pueden ser disparados desde decenas de kilómetros de distancia, lo que permite a los aeroplanos completar su misión sin arriesgarse a ser derribados por las defensas enemigas.