"Las acciones de Israel violan claramente el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas y la Convención de Ginebra", afirmó Ramaphosa en una reunión virtual extraordinaria convocada por él mismo como presidente de turno este año de los BRICS para analizar la crisis de Gaza.
El líder sudafricano señaló que, "en sus ataques contra civiles y al tomar rehenes, Hamás también ha violado el derecho internacional y debe rendir cuentas por estas acciones".
"El castigo colectivo de los civiles palestinos mediante el uso ilegal de la fuerza por parte de Israel es un crimen de guerra. La negación deliberada de medicinas, combustible, alimentos y agua a los residentes de Gaza equivale a un genocidio", afirmó.
Ante esa situación, Ramaphosa instó a la comunidad internacional a acordar "acciones urgentes y concretas para poner fin al sufrimiento en Gaza y establecer un camino hacia una resolución justa y pacífica de este conflicto".
Aparte de un alto el fuego, el mandatario pidió la apertura de "corredores humanitarios" para ayudar a los necesitados.
También apuntó que "todos los países deben actuar con moderación y desistir de alimentar este conflicto, incluso cesando el suministro de armas a las partes", y demandó la liberación de "todos los rehenes civiles".
Abogó, asimismo, por la reanudación de un diálogo integral liderado y asumido por los propios palestinos e israelíes y facilitado por la ONU.
Ramaphosa reclamó igualmente el envío de "una Fuerza de Despliegue Rápido de Naciones Unidas en Palestina, con el mandato de supervisar el cese de las hostilidades y proteger a los civiles".
"La Corte Penal Internacional -concluyó- debe iniciar urgentemente procesamientos contra los responsables de la perpetración de crímenes de guerra".
Está previsto que en la reunión de los BRICS participen los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica junto a los de Arabia Saudí, Argentina, Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, así como el secretario general de la ONU, António Guterres.
Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista que incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a más de 240 en aldeas israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
Las fuerzas aéreas, navales y terrestres de Israel han contraatacado desde entonces el enclave palestino, donde ya suman más de 13.300 muertos, la mayoría niños y mujeres, y más de 6.500 desaparecidos que podrían estar bajo los escombros, por lo que la cifra de víctimas mortales podría ser aún más alta.