"Rusia protestó por el cierre por parte de las autoridades finlandesas de los puestos de control más utilizados en la frontera estatal ruso-finlandesa", señaló la Cancillería en un comunicado.
Según Moscú, la decisión de Helsinki es "provocativa" y se enmarca en la línea del deterioro de las relaciones bilaterales.
"El cierre de los puestos de control viola los derechos e intereses de decenas de miles de ciudadanos de nuestros países", agregó.
El Kremlin lamentó previamente el posible cierre total de la frontera por parte de Finlandia, que acusa a Moscú de provocar el aumento del número de refugiados extranjeros que buscan asilo en su país en represalia por su ingreso en la OTAN.
El Gobierno finlandés cerró desde el 18 de noviembre al 18 de febrero sus cuatro principales pasos fronterizos en la frontera oriental, los más transitados por su proximidad con la segunda ciudad rusa, San Petersburgo.
La decisión llegó después de que la Guardia de Fronteras alertase de que en la última semana se había producido un aumento notable en el flujo de solicitantes de asilo de terceros países que llegan a través de la frontera con Rusia.
Las autoridades finlandesas culpan de esta tendencia a Rusia, ya que hace unos meses Moscú cambió su política fronteriza y pasó de impedir el tránsito de ciudadanos extranjeros sin visado o pasaporte a facilitar su llegada hasta la frontera común.
El Gobierno finlandés teme que pueda ser el inicio de una campaña híbrida orquestada por el Kremlin para colapsar los servicios de inmigración del país nórdico, como hiciera en su momento Bielorrusia con Polonia.
Además, la prensa finlandesa informa el lunes que Finlandia se dispone a cerrar a cal y canto su frontera con Rusia a partir del miércoles.