Incendios “fuera de control” en el Pantanal brasileño, cerca de Paraguay

POCONÉ. En el Pantanal, que ocupa regiones de Brasil, Bolivia y Paraguay, los incendios están “fuera de control” en la superficie que corresponde al territorio brasileño, alertaron las autoridades.

Bomberos forestales combaten los incendios considerados "incontrolables" por las autoridades de Brasil en el Pantanal brasileño, en Porto Jofre, región del estado de Mato Grosso. (AFP)
Bomberos forestales combaten los incendios considerados "incontrolables" por las autoridades de Brasil en el Pantanal brasileño, en Porto Jofre, región del estado de Mato Grosso. (AFP)161644+0000 ROGERIO FLORENTINO

Gigantescas nubes de humo sobresalen de un bosque calcinado, cuya fauna, incluidos sus jaguares, están en peligro: los incendios “fuera de control” causan estragos en el Pantanal brasileño, el mayor humedal del mundo.

El Pantanal se extiende por una superficie de más de 170.000 km2, al sur de la Amazonía, en los territorios de Brasil, Bolivia y Paraguay.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), es hogar de 656 especies de aves, 159 mamíferos, 325 peces, 98 reptiles, 53 anfibios y más de 3.500 especies de plantas.

La región es escenario de incendios desde hace varias semanas. Los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) detectaron 2.256 focos en la zona del 1º al 12 de noviembre, once veces más que en todo ese mes en 2022.

Al borde de la Transpantaneira, una carretera de tierra que atraviesa el Pantanal, una zona que debería estar completamente inundada se reduce a un pequeño estanque.

Algunos caimanes intentan nadar, pero otro yace sin vida fuera del agua. Decenas de moscas vuelan sobre el cadáver en descomposición.

Una nube de humo se eleva de los incendios que golpean la fauna y flora del Pantanal en territorio de Brasil. El Pantanal extiende su superficie también en suelo de Paraguay y Bolivia.  (AFP)
Una nube de humo se eleva de los incendios que golpean la fauna y flora del Pantanal en territorio de Brasil. El Pantanal extiende su superficie también en suelo de Paraguay y Bolivia. (AFP)

Un puercoespín yace muerto sobre una alfombra de cenizas en una zona boscosa totalmente calcinada.

“Probablemente murió al inhalar el humo” , dice Aracelli Hammann, veterinaria de un equipo de voluntarios del Grupo de rescate de animales en lugares de desastres (Grad) .

Hammann se encuentra en el Parque del Encuentro de las Aguas, una de las zonas más afectadas del estado de Mato Grosso (centro oeste) , donde se halla la mayor concentración de jaguares del mundo.

Según los datos recogidos por la ONG Instituto Centro de Vida (ICV), 32% de la superficie del parque fue alcanzada por las llamas que destruyen la vegetación desde hace más de un mes.

El otro frente importante de incendios está en el Parque Nacional del Pantanal Matogrossense. Casi una cuarta parte de su superficie se quemó.

“La situación está totalmente fuera de control, y esos dos frentes deberían encontrarse próximamente. Con la ola de calor y los vientos fuertes, la situación ciertamente se va agravar” , lamenta Gustavo Figueiroa, biólogo y dirigente de la ONG SOS Pantanal.

“El impacto es tan grande que es difícil de medir. El Pantanal es una región acostumbrada a los incendios. Normalmente es capaz de regenerarse naturalmente, pero con esa frecuencia (de incendios), esa ventana se va cerrando”, agrega Figueiroa.

Autores

Según los especialistas, esos incendios son causados principalmente por la acción humana, en especial el uso de quemas controladas para regenerar o aumentar terrenos agrícolas. Pero la situación este final de año se ha agravado por una sequía excepcional.

“Tenemos muchos animales muertos, insectos, anfibios, pequeños mamíferos, que no logran huir” , explica el biólogo.

“Son parte de una cadena alimenticia y la muerte de todo animal provoca un efecto dominó, hasta llegar al jaguar, que está en la cima de la cadena” , precisa.

En un claro del bosque, unos monos corren tras bananas y huevos dejados por voluntarios.

“Con los incendios, la oferta natural de alimentos ya no está disponible para los animales” , explica Jennifer Larreia, presidenta de la asociación É o Bicho.

Durante las llamaradas históricas que devastaron la región en 2020, su ONG distribuyó 300 toneladas de frutas en cinco meses.

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